El pasado jueves 3 de octubre, la familia y amigos de Sebastián, un adolescente menor de edad, recibieron la devastadora noticia de su muerte violenta. El cuerpo sin vida de Sebas, como lo conocían, fue encontrado tendido en una carretera destapada en el kilómetro 6, en el costado izquierdo de la vía que conecta Barrancabermeja con Bucaramanga. Sebastián fue asesinado a tiros, convirtiéndose en una nueva víctima de los sicarios y de la creciente violencia que sacude a Barrancabermeja.
Sebastián vestía una pantaloneta blanca y una camiseta deportiva en el momento de su muerte. Estaba descalzo y no portaba documentos de identificación. El informe del Departamento de Policía Magdalena Medio indicó que la comunidad del sector escuchó varias detonaciones, pero no pudo presenciar el acto ni identificar a los responsables. Hasta el momento, las autoridades no han logrado determinar los móviles del crimen ni las circunstancias exactas que rodearon el homicidio del adolescente.
Este lamentable suceso eleva a 111 el número de muertes violentas en Barrancabermeja en lo que va del 2024, evidenciando la preocupante situación de seguridad en la ciudad. La violencia desatada por grupos armados, el sicariato y los ajustes de cuentas continúan dejando cicatrices profundas en las familias y la sociedad de este municipio petrolero.