Dejo claro, con este texto no pretendo juzgar a quienes están a favor del aborto, ni a las mujeres que han tomado la decisión de hacerlo, y me disculpo de antemano si sueno un poco cruda y hasta cruel.
No pretendo quedar bien ante nadie, ni ser objeto de críticas, simplemente deseo expresar en el marco de lo coyuntural del tema lo que ha sido la metamorfosis de mi pensamiento en estos 28 años de vida respecto al aborto.
Desde niña he tenido ese instinto maternal, a medida que crecía siempre ha estado esa parte de mi que anhela tener una pareja, hijos, casa y perro. En mi familia me molestaban porque yo siempre decía que quería tener 12 hijos y que serían los 12 apóstoles; me imaginaba de viejita como esas familias antioqueña un diciembre con la casa repleta de hijos nietos, nueras y yerno por todos lados. Hoy en día de 12 pase a 2, pues ni la economía da para tanto ni mi cuerpo tampoco.
Pero la contradicción de mis pensamientos y lo que sería un proyecto de vida se fue dando cuando entré a la universidad, esa vida de los locos 20 donde te quieres comer el mundo ¡ojo el mundo, no a todo el mundo!, tienes nuevos amigos, sales de fiesta, te vas de viaje, sueñas con terminar la carrera y empezar a trabajar, te proyectas y visualizas con un futuro prometedor , y por su puesto la vida sexual es activa. Por eso un tema frecuente de conversación con mis amigas era ¿Qué pasaba si alguna queda embarazada?
En nuestro grupo de amigas éramos tres, para guardar sus identidades las llamaré Camila y Ximena. Camila y yo la teníamos clara, sabíamos que de llegar a ser el caso íbamos abortar; y yo sabía que eso sería así porque tenía a mi mamá en la cabeza recordándome como disco rayado que si llegaba a “meter las patas” se me acababan los privilegios, me regresaban de Bogotá, me ponían a estudiar a mi ciudad natal y a mi chinito o chinita ella no me lo iba a cuidar, y yo claramente no estaba dispuesta a eso, ni a renunciar a mi estilo de vida, por eso como un relojito me tomaba las pastillas y le hacía seguimiento a mi periodo.
Por el otro lado estaba Ximena que nunca ha estado a favor del aborto y siempre decía que si llegaba a quedar embarazada lo iba a tener con o sin papá. Para Camila y para mí eso era inconcebible y siempre la persuadíamos de que se iba a tirar la vida, de que cómo se le ocurría, que ella estaba joven. Pero inquebrantable esa mujer ha mantenido su pensamiento, y hoy en día sigue estando en contra de esa práctica.
Vas pal’ inodoro
Vas pal inodoro se volvió la dura e indolente frase que teníamos siempre que hablábamos del tema, y eso se dio a raíz de la primera persona que conocí cercana que había abortado. Recuerdo que era una vieja divina, y super inteligente de mi universidad, cuando me contaron que lo había hecho pregunté que cómo había sido el procedimiento, me explicaron que se introdujo unas pastillas por la vagina lo que le provocó el aborto y literal lo hizo en el baño, cuando expulsó a aquello que describió como un mejillón le bajo y listo.
De ahí en adelante no se más de su historia, no se si le afecto física o emocionalmente, no volví a saber de ella. Pero lo que si es cierto es que a partir de ese momento cuando me preguntaban que qué pasaba si llegaba a quedar embarazada mi respuesta era rápida y contundente ‘Vas pal inodoro’ como si fuera todo menos un ser humano formándose de lo que yo estaba hablando.
El segundo caso que conocí fue de alguien aún más cercano, una mujer a la que admiro y quiero mucho, quedó embarazada a sus 28 y no había acabado su carrera; por eso cuando me enteré de que iba a ser mamá lo primero que hice fue decirle que si quería abortar que yo la acompañaba, que estaba a tiempo, que tenía pocos meses, incluso le insistí en muchas ocasiones para que no lo tuviera.
Hoy miro a esa pequeña hermosa que tiene, que le ha dando un millón de alegrías y que ha sido su motor, cuando la conocí le pedí perdón aunque ella aún no entendió de lo que yo le hablaba.
La tercera también fue otra amiga cercana, me contó que lo hizo clandestinamente y por fortuna no tuvo complicaciones; aún guarda a escondidas la única ecografía que se hizo. Estuvo con el psicólogo durante un tiempo, y me contaba que era frecuente soñar e imaginar cómo hubiera sido su bebé, recuerdo su dulce voz diciéndome: “Eso es muy duro Rebe” una y otra vez.
Si, las mujeres tenemos todo el derecho de decidir sobre nuestros cuerpos, ¿Quién más si no nosotras para hacerlo?, hemos sido sometidas en muchas esferas de nuestra vida, se nos ha dicho qué hacer, qué no hacer, cómo vestir, cómo actuar ,qué decir, y hasta cómo pensar; pero gracias a la lucha incansable de valientes y admirables mujeres hemos ido ganado el espacio en la sociedad que nos corresponde. Votamos, estudiamos trabajamos y hoy tenemos el derecho a decidir sobre nuestra maternidad y nuestro cuerpo.
Ahora, no estoy en contra del aborto y se que tener la opción o el derecho es necesario en algunas circunstancias. En 2006 cuando la Corte Constitucional lo despenalizó en las casuales que ya todos conocemos me pareció adecuado, incluso consideraba que las mujeres debería tener el derecho de abortar libre y seguramente hasta las 12 semanas, porque no puedo desconocer la verdadera situación del país y la cantidad de mujeres que han perdido la vida quirófanos clandestinos. La necesidad en la regulación de estos temas era urgente y necesario, brindarles las condiciones médicas y psicológicas al momento de tomar la decisión de interrumpir un embarazo no daba espera.
Pero con la noticia de la corte de despenalizar hasta las 24 semanas es decir 6 meses quedé con un sin sabor y me cayó como un baldado de agua fría.
Aún no entiendo el porqué de los 6 meses, si al mes no me llega el periodo y tengo relaciones sexuales la probabilidad de un embarazo es alta, y si la tengo clara de que no quiero tenerlo ya sé lo que se debe hacer. Me tomaré el tiempo de leer y entender los argumentos de la Corte que la llevaron a tal decisión, e incluso me pondré en la tarea de escuchar a la mujeres pro aborto y su razonamiento.
Desde las 20 semana siempre se habla de parto.
A los 6 meses o 24 semanas el procedimiento no es aborto, hay un parto. Sí la mujer pare y luego el feto muere en el post parto falta de madurez. A los 6 meses el feto va adquiriendo una forma más humana, especialmente en los rasgos faciales, y la mayoría de órganos sensoriales están maduros (tacto, olfato, oído y papilas gustativas) por eso se lleva los dedos a la boca, y puede distinguir el sabor dulce u otros sabores que le llegan a través de lo que come su madre; a las 24 semanas el feto es receptivo a los estímulos del exterior y también se sabe el sexo, por eso aún no proceso que un nasciturus de 6 meses se pueda abortar.
Hoy a mis 28 ya no soy capaz de responder como lo hacía hace 8 años con esa frialdad que sentía que me caracterizaba, si, el contexto es diferente, tengo más edad o lo que sea, pero aún no quiero tener hijos, no estoy casada, ni tengo el perro ni la casa, y tengo mil proyectos y planes que quiero cumplir, pero ya nadie va air al inodoro; pues cada vez que lo pienso, viene a mi mente mis sobrinas, mis primitos, mis ahijados María Alejandra, María Paula, María Fernanda, Rafael Tobías, Cesar Luis, Amelia, Cristóbal, Juana, Martín y Emma tiene 5 semanas. Por eso finalizo mi columna adaptando una frase de la época del plebiscito por la paz, aborto si pero pero para mí , no así.