Debemos tener en claro que esto no fué un homicidio. Lo que ocurrió con estas dos estudiantes de la UIS fue un lamentable feminicidio, uno atroz e inesperado. Pasó en Bucaramanga la madrugada de este viernes 7 de febrero, y a continuación escribo con dolor y rabia lo siguiente:
El tipo era un petardo (o bueno, ES por que no está muerto). Me tomé la molestia de “stalkear” su perfil, de ver sus fotos y de leer sus memes. Nada graciosos, por cierto.
Publicaba seguido. El man compartía estupideces como cada minuto y en cada una de ellas mostraba su personalidad. Todo el contenido era MUY VACÍO. El Facebook no es nuestra hoja de vida pero vaya que si habla mucho de nosotros!
Y bien dicen que el ocio es el padre de todos los males, al parecer este asesino no tenía nada más que hacer en su vida que mostrarse (ahora al menos hará ejercicio).
Era un machista hasta el hueso, el típico que basa su sexualidad en el porno y que tiene a la mujer como un trozo de carne del que puede (según el) disponer. Como un trofeo que puede mostrar, como algo que tiene que ser perfecto para su satisfacción.
Me duele hasta describirlo, no entiendo cómo hay personas así? Que clase de traumas sufrieron para decantar su pasado en esta horrible versión de ser humano.
Seguimos…
Era posesivo. Viendo a la mujer como un objeto y no como una persona en igualdad de derechos es muy difícil no sentir el control sobre ella, se puede notar claramente que era un “tóxico” como ahora le llaman a los nacidos por el orto.
Homófobo el man. Misógino, dependiente.
Si… Lo tenía todo! Luego investigamos un poco y capaz que también sale uribista.
Al leerlo pensaba en ciertos hombres a mi alrededor… En personas que conozco y que actúan así, personas que toleramos por “no se qué” y en comportamientos que normalizamos. Me remonté a la época del colegio en la que los comentarios machistas iban y venían, como si nada… En donde las humillaciones a las niñas eran duras y ellas se aguantaban. Y nosotras, las demás… A veces mirábamos sin actuar o pensar que esto estaba muy mal. Incluso los profesores eran unos putos, justificando su morbo con nuestras faldas.
En ningún momento voy a justificar al victimario, esa costumbre tan colombiana debemos erradicarla. Ya he visto esos mensajes de “valórate mujer” o “ella le escribía a el” o peor aún “se lo buscaron”.
No! Quién quiere morirse de esa forma? Quién busca una relación tóxica?…
Ni un minuto de silencio!