Durante la semana, se discutía si era o no nuestro clásico de la Confederación, pues siempre para Venezuela, es el partido más importante de la eliminatoria. Si este era nuestro clásico, ¡se ganó!
La sensación térmica de 42 grados acompañaba a “La Arenosa” mientras una mancha amarilla de más de 32.000 personas llenaba poco a poco el Metropolitano, con una nueva ilusión de llegar a la cita mundialista del 2026.
El interior del país dijo presente, como todos los años, queriendo contagiarse de la fiesta tricolor barranquillera, una hinchada que estalló de júbilo al terminar de cantar “comprende las palabras del que murió en la cruz”, dando paso al pitido inicial de esta primera fecha para la selección.
Una Venezuela replegada con un 4-4 cerrado que nos complicó más de lo que estamos acostumbrados. El equipo de Lorenzo intentó abrir la cancha por bandas, siendo Luis Díaz el más insistente por la franja izquierda, mientras Cuadrado y Muñoz asomaban poco por la derecha. Matheus estuvo un poco perdido en el frente de ataque, dejando la responsabilidad de sacar al equipo en los dos centrales, lo que nos pudo costar, debido a la insistencia de salir jugando por dentro de Mina en dos oportunidades.
Venezuela, con mucho orden, venía por el 0 en su arco a Barranquilla, incluso en la primera mitad tuvo las opciones más claras por vía aérea.
Llegó el descanso y el profe Néstor Lorenzo metió mano, siendo muy coherente con la realidad del juego. Llamó a un armador que le diera salida al equipo. Pensamos que se iría por James o Quintero, pero se decantó por Jorge Carrascal, quien había sido el último en unirse a la convocatoria por problemas en su vuelo desde Rusia. Si bien no salió Matheus, que no había tenido una buena primera parte, este sería pieza fundamental y una de las figuras de la selección en la segunda mitad.
Apareció el comandante, el que no había tenido minutos en su anterior club en Alemania, el que corre todos los balones, el primer defensor que tiene el equipo, con un gol de esos de camerino, que muchas veces sufrimos por no estar activos en los inicios de partido. Borré hizo que olvidáramos esa sequía de gol que nos dejó por fuera de una cita mundialista, después de anotar de cabeza tras un centro de Jhon Arias a los 18 segundos de haber iniciado los segundos 45 minutos del partido.
Colombia con orden defensivo, liderado por un Yerry Mina que incluso hasta regañó a Barrios, recién ingresado, por querer salirse de su posición, mantuvo la mínima diferencia, logrando los primeros 3 puntos de la clasificatoria Conmebol. Con un Lucho querido por la gente, un James que intentó su gol, un Carrascal que demostró por qué es el jugador de Lorenzo, un Arias luchador, una forma de juego y un equipo base, que genera tranquilidad para viajar a Santiago y visitar a un Chile siempre difícil, este martes en la segunda jornada.
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