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En la vigésimo primera edición de los Juegos Deportivos Nacionales, celebrada en Bolívar del 15 al 30 de noviembre de 2019, Santander ocupó el octavo puesto en el medallero.
Los Juegos Deportivos Nacionales de Colombia constituyen el máximo evento multideportivo del país y se realizan cada cuatro años. Dicha competición reúne a los mejores atletas del territorio nacional y es organizada por el Ministerio del Deporte, antiguamente denominado Departamento Administrativo del Deporte, la Recreación, la Actividad Física y el Aprovechamiento del Tiempo Libre (Coldeportes).
Su primera edición se realizó en el año 1928 en Cali, Valle del Cauca. El año pasado se celebró la vigésimo primera versión y la ciudad anfitriona fue Cartagena, acompañada de los municipios subsedes: Arjona, El Carmen de Bolívar, Magangué y el corregimiento Galerazamba.
En estas justas convergen múltiples disciplinas deportivas que dejan en evidencia las falencias o fortalezas de las diferentes delegaciones del país. Durante sus 92 años de historia, los departamentos destacados por ser potencia en el deporte han sido: Antioquia, campeón en nueve ocasiones, y Valle del Cauca, en ocho; por su parte, Santander nunca ha tenido el orgullo de liderar la tabla de medallería.
La tierra del ‘Cañón del Chicamocha’ tampoco ha logrado el segundo ni el tercer lugar en esta competencia. Su mejor actuación fue en 1996 cuando se ubicó en el cuarto puesto con un total de 91 preseas y la última vez que estuvo en el top cinco fue en el año 2008, con 68 medallas.
Con el coraje por estandarte
A pesar de los resultados históricos obtenidos, el objetivo de la delegación ‘hormiguera’ era mejorar su rendimiento para lograr una destacada participación en la última edición de los Juegos Nacionales. Con esa meta en la mente, atletas y entrenadores se prepararon arduamente para dar lo mejor de sí y evidenciar el progreso que había tenido el deporte santandereano en cuatro años.
Sin embargo, no basta con el deseo de superación. El óptimo desempeño de un deportista depende directamente de la adecuación y las excelentes condiciones de los escenarios para practicar su disciplina, de los implementos deportivos y de la continuidad de sus entrenadores, y es justo en esos factores que radican los principales problemas del deporte en Santander.
Foto: Isa Salcedo
En el barrio San Alonso de la ciudad de Bucaramanga se encuentra el complejo deportivo Alfonso López, allí entrenaron los deportistas que representaron al departamento en los pasados Juegos Nacionales. El estado de algunos de sus escenarios no eran favorables para la práctica deportiva. Ejemplo de ello era el gimnasio Multifuerza: sus paredes estaban desgastadas, con manchas de humedad; las máquinas oxidadas y deterioradas por el uso; y el espacio para el acondicionamiento físico era reducido.
Foto: Isa Salcedo
Los atletas representantes del Karate Do se prepararon en las instalaciones del gimnasio hasta el primer semestre de 2018, pues, para ese entonces, aún no estaba listo el coliseo de combate. Luis Alejandro Ríos, instructor de esta disciplina, recalcó la importancia de entrenar en el escenario adecuado. “Si no tenemos el espacio urgente es casi imposible realizar nuestra tarea como entrenadores. Toca hacer Bunkai, lanzamiento del atleta y un trabajo de defensa personal simulada para poder ejecutar las técnicas y aquí no se puede, infortunadamente no se puede”.
Aun sabiendo que la preparación de un deportista para destacarse en cualquier competencia deportiva es un proceso largo que implica años de entrenamiento, fue hasta el 1 de junio de 2018, restando aproximadamente un año y medio para la competencia de los Juegos Nacionales, que el Indersantander les entregó el nuevo Coliseo de Combate Vicente Díaz Romero, lugar en el que entrenan actualmente.
Cabe resaltar que a diferencia de estos escenarios, otros espacios tales como el Coliseo de Gimnasia o el Coliseo Bicentenario Alejandro Galvis Martínez estaban en mejores condiciones.
La falta de apoyo; la debilidad en los procesos formativos; las limitadas participaciones en competencias que les permitan foguearse con sus pares para adquirir experiencia y mejorar su nivel; la demora en el pago a los competidores de alto rendimiento; los pocos reconocimientos y estímulos, que además son luchados; y la interrumpida contratación de sus entrenadores, se suman a las diversas situaciones que aquejan a los deportistas santandereanos, pues les dificultan la consecución de sus objetivos, que no sólo son personales, sino también familiares, institucionales y departamentales.
La raza que lucha y sueña
Natación, judo, karate, lucha, halterofilia, squash y esquí náutico son deportes que quieren seguir cosechando triunfos, pero también el tenis de campo está formando una ‘generación de oro’ para el departamento.
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Tal es el caso de María Juliana Parra Romero, una joven tenista santandereana de 17 años, quien a su edad ya es la primera en Santander y la quinta del país en su categoría 18 damas sencillos.
Desde los 12 años practica este deporte, media década de carrera en la que ha cosechado muchos triunfos. En el 2016 ganó su primer campeonato nacional; en el 2017 participó en su primera competencia internacional: la XI Copa Regatas Bowl en Perú, organizada por la Confederación Suramericana de Tenis (Cosat), en la que contra todo pronóstico se coronó campeona; en marzo de 2018 estuvo en Argentina y Paraguay compitiendo en torneos de la Federación Internacional de Tenis (ITF). Actualmente tiene cinco títulos Cosat y ha ganado más de dos en el país.
A sus 16 años fue la número uno en Colombia y desde entonces pertenece a la selección nacional de tenis en la categoría juvenil. Ella considera que “la disciplina y el pensamiento de llegar tan lejos” fue lo que la ayudó a estar allí.
Durante el 2019, entre sus triunfos más significativos destaca que fue campeona en el Interligas, en el II Torneo Abierto Clase B Santander y en el I Torneo Abierto Clase C Santander; subcampeona en un ITF en Pereira y semifinalista en un torneo profesional de 15 mil dólares en Bogotá.
A pesar de ser una joven promesa del deporte, Parra asegura que no cuenta con el apoyo del departamento y han sido sus padres quienes han llevado todos los gastos de su promisoria carrera deportiva; desde el pago de su entrenador, preparador físico y los implementos requeridos, hasta los viajes para participar en los torneos. “Hasta ahora no se ha visto que el Indersantander o el Inderbu apoyen. A mí no me han apoyado. No tengo patrocinadores y los viajes, los hoteles y los transportes son bastante caros”, comenta.
Por su parte, Wilmer Sáenz, entrenador de tenis designado para los Juegos Nacionales de 2019, indica que en este deporte cuando se está empezando “se necesita mucho apoyo de los papás porque desde ahí arranca la base. Se requiere un gran patrocinio, un recurso muy grande. No sólo basta con el potencial”.
“María Juliana es una niña con un gran talento, pero lastimosamente en el tenis se arranca así: la primera base patrocinadora de sus hijos siempre van a ser sus padres y poco a poco van apareciendo los patrocinios, los apoyos”, agrega.
Parra lo reafirma cuando dice que para “uno dedicarse al tenis profesional debe tener pues, talento, claro, pero dinero, mucha plata para poder viajar, para poder competir o en su defecto, conseguir patrocinadores”.
Sobre esta tierra, bajo este sol
Para un deportista de alto rendimiento es importante llevar un proceso continuo con su equipo de trabajo con el fin de observar su evolución. Ignacio Moreno, su entrenador desde el 2014, renunció a la Liga Santandereana de Tenis y debido a esto, Parra debía elegir entre seguir entrenando en el complejo deportivo Alfonso López y prescindir de su instructor o quedarse con él y buscar otro lugar, pues, asegura que “si él no pertenece a la Liga no pueden prestarle las canchas para que me dicte clases”.
La decisión fue tomada. Inicialmente, viajaba todos los días desde Bucaramanga hasta Lebrija para entrenar en las canchas de un amigo del papá, porque, “obviamente, si no me prestan las (canchas) de la Liga, pues toca ir a buscar a otro lado”. Ya en la recta final, su sede de entrenamiento cambió, pues, su progenitor construyó la academia Ace Team Tennis, ubicada en Floridablanca y decidió contratar a Ignacio.
Gabriel Mariño, presidente de la Liga Santandereana de Tenis, asevera que “al profesor Ignacio en su momento se le ofreció la oportunidad de ser el entrenador de la Selección Santander en contratación con el Inder, pero la rechazó por motivos personales, totalmente respetables”.
Respecto al préstamo de las canchas, Mariño puntualiza que “el Indersantander establece con nosotros un convenio en el cual se nos entrega en comodato el escenario deportivo y por parte de presidencia debemos cumplir una cantidad de cláusulas o condiciones, porque si no, se podría anular el contrato. Una de ellas dice claramente que en las pistas sólo pueden dictar clase los profesores que sean contratados por el Inder o por parte de la Liga”.
Las herederas de la bandera
En mayo de 2019, faltando aproximadamente seis meses para el inicio de los Juegos Nacionales, la deportista aún no había sido notificada sobre su participación para representar al departamento en el máximo evento multideportivo del país. Sin embargo, al ser el torneo más importante a nivel nacional, su ranking profesional y su excelente nivel, finalmente le otorgaron un cupo a la tenista, quien representó a Santander como la número uno de su disciplina.
Foto: Juegos Deportivos Nacionales 2019
Según Sáenz, “los entrenamientos se culminaron en octubre del año pasado y fue ahí cuando finalmente se optó por María Juliana Parra, Daniela Carrillo y María Fernanda Padilla porque ya eran las tres jugadoras que más puntos profesionales tenían y pues, usted como buen director técnico, lleva lo mejor”.
Daniela Carrillo, María Fernanda Padilla y María Juliana Parra. Foto: @Danielacato
En la conquista del porvenir
Parra comenta que su preparación fue totalmente independiente. Con ahínco, enfatiza en que “la Liga no hizo nada, como siempre, como raro. No nos prestaron las canchas. No nos dijeron: bueno, vengan y hacemos una concentración para los Juegos Nacionales, nada, cero apoyo en los entrenamientos; me tocaba pagar instructor por aparte. Afortunadamente, acá en la academia de mi papá no tengo problema porque no pago canchas”.
Sin embargo, Mariño advierte que sí hubo acompañamiento de la Liga: “el proceso para los Juegos Nacionales del año pasado se inició hace como tres años; estuvieron convocados inicialmente 16 jugadores. Sí hubo concentraciones; de pronto Juliana no asistió por sus constantes participaciones en competencias”.
Por su parte, Sáenz comenta que él empezó los entrenamientos en julio del 2018. “María Juliana asistió durante todo ese año. Los sábados incluso la acompañaba su entrenador. Hablé con su mamá, los horarios los cambié por ella todo el tiempo, dándole comodidad. La joven no volvió en el 2019; no sé cuál sería el motivo”.
A pesar de afirmar con seguridad que durante su carrera “hasta hoy no he recibido ningún apoyo del Indersantander tampoco”, rescata y reconoce que en noviembre dicha entidad la apoyó con viáticos para los Juegos Nacionales. “Nos pagaron el viaje, la estadía, la comida y el transporte, pero eso fue por parte del Inder, no de la Liga”, agrega Parra.
Según Mariño, “la Liga no les hace aportes económicos porque no tiene inyección de capital por parte del Indersantander. Sin embargo, a partir de este año, las deportistas ya vienen recibiendo una bonificación pequeña de un millón de pesos provenientes del Inder, que tal vez no sea mucho pero resulta representativo para estas jóvenes promesas”.
Parra manifestó nuevamente su desagrado cuando le tocó viajar “sola” a los Juegos. Su entrenador no la pudo acompañar, pues, “la Liga escoge al que quiere llevar, que obviamente pertenece a la nómina de ellos y ese fue el que nos acompañó, pero él ni siquiera nos conocía a nosotras”, relata.
Mariño la contradice, pues, afirma que “sí hubo un proceso y sí hubo un conocimiento por parte de Wilmer hacia sus jugadores”.
Su versión coincide con la de Sáenz, quien asegura que concoció a Parra en el 2014: “los papás me contactaron para que les ayudara con los entrenamientos de la niña, cuando en ese entonces estaba arrancando tenísticamente; todavía no estaba en competencia. Era un diamante en bruto, con gran talento, pero pocos recursos y pues sólo contaba con el apoyo de sus papás; cero patrocinios”.
Además, señala que él fue quien las acompañó a los Juegos porque era el “director técnico” contratado y “lógicamente el Inder no podría asumir gastos para llevarle a cada deportista su entrenador personal”.
Foto: Juegos Deportivos Nacionales 2019
El Indersantander cumplió con los viáticos para la competencia, pero las inconformidades de Parra son varias; a estas se le suma una relacionada con la indumentaria: “los uniformes llegaron un día antes. El vestido, horrible. No porque no haya tenido un diseño bonito, eso no me afecta en nada, sino que me llegaba por debajo de la rodilla; eso fue como mandado a hacer ahí ‘a lo machete’. Gracias a Dios había representado a Santander en torneos anteriores y aún conservaba uniformes con distintivos del departamento, esos fueron los que llevé, porque sino, me hubiera tocado competir con ese vestido horrible que me quedó gigante”.
Esa falta de apoyo que Parra expresa insistentemente, genera fuga de deportistas a otras regiones del país; así, no sería la primera ni la última en buscar otros horizontes. En Estados Unidos encontró el respaldo que poco ha recibido en Colombia, específicamente en su departamento. Cuenta que la han contactado de varias universidades de ese país para ofrecerle becas de estudio que podría alternar con la práctica del tenis.
Esto la alejaría de la Selección Santander, pero ella afirma que “la verdad no me pierdo de nada porque no tuve apoyo en ningún momento por parte del departamento. Lo único sería no competir en torneos nacionales porque voy a estar en Estados Unidos, pero de resto no pierdo más nada”, concluye.
Aun con todos los contratiempos, las desavenencias, los obstáculos y los disgustos presentados en el camino, Parra ganó dos medallas de bronce en sencillos y por equipos, que se sumaron a las 64 obtenidas en total por el departamento en los pasados Juegos Nacionales.
Fuente: Juegos Deportivos Nacionales 2019
En el 2015, Santander ocupó el séptimo lugar en la tabla de medallería general con un total de 63 preseas. Cuatro años después, sólo logró una más y descendió al octavo puesto. Entonces, ¿qué hace falta?, ¿por qué otros departamentos sí pueden ir ‘siempre adelante’ y Santander no?, ¿será que nada más vamos ‘siempre adelante’ en el lema? Las respuestas las darán los resultados del 2023. ¡El Eje Cafetero los espera!
Fuente: Liga Santandereana de Tenis
Santander nos une, pero… ¿para qué?
Según el Informe de Gestión y Rendición de Cuentas (2016 – 2019) del Instituto Departamental de Recreación y Deportes de Santander (InderSantander), se invirtieron 3 mil 33 millones 500 mil pesos para “apoyar e incentivar la participación de 600 deportistas, cuerpo técnico, área biomédica, área metodológica y apoyo logístico en los XXI Juegos Deportivos Nacionales y V Juegos Paranacionales”. Finalmente, se beneficiaron 535 personas, y su porcentaje de ejecución culminó en un 90 por ciento.
Según las páginas oficiales, la delegación santandereana estuvo conformada por 434 deportistas; 324 asistieron a los Juegos Nacionales y 110 a los Paranacionales. Adicional a esto, cada disciplina fue acompañada por un entrenador. En los primeros, Santander participó en 17 deportes y en los segundos, en 9; esto sumaría 26 entrenadores. Así las cuentas, irían 460 personas beneficiadas, y si el informe indica que en total fueron 535, las 75 restantes deberían conformar el equipo del área biomédica, de la metodológica y el de apoyo logístico. Incluso, por falta de presupuesto, Mariño cedió su cupo para que participara un sexto tenista y así tener la oportunidad de competir en todas las pruebas. Sin embargo, no es posible determinar la cifra exacta, pues, el documento no especifica el número de acompañantes.
Ahora bien, ¿la cifra de 600 personas consignada en el informe hace referencia sólo a los deportistas o se incluye allí también al resto del equipo humano?
Informe de Gestión y Rendición de Cuentas (2016 – 2019). Fuente: Indersantander
Así mismo, el Indersantander indica que el departamento realizó una cuantiosa inversión total de 7 mil 87 millones 420 mil 326 pesos para “apoyar la preparación deportiva de 2 mil 400 deportistas, con enfoque diferencial etno-cultural, para la participación en los XXI Juegos Deportivos Nacionales, en los V Juegos Paranacionales 2019 y en los III y IV Juegos Nacionales de Mar y Playa”. El informe precisa que se superó la meta del cuatrienio, pues en el 2016 se apoyaron 1 mil 175 deportistas; en el 2017, 1 mil 665; en el 2018, 1 mil 972 y en el 2019, 1 mil 200.
Informe de Gestión y Rendición de Cuentas (2016 – 2019). Fuente: Indersantander
No obstante, el Informe de Gestión (2018) y Presupuesto (2019), con corte al 30 de julio, presentado por el ex director Carlos Díaz Barrera, detalla que para el 2018, la meta eran 1 mil 200 deportistas y para ello se invirtieron 1 mil 151 millones 600 mil pesos, con los que finalmente se impactó sólo a 1 mil 100 deportistas con la contratación de 94 entrenadores, 7 personas al área biomédica, 14 del grupo metodológico y 4 referentes a personal de apoyo.
Presuntamente las cuentas no cuadran cuando señalan que en agosto “se inició de nuevo contratación para el segundo semestre por cuatro meses impactando a la misma cantidad de deportistas con este recurso humano”; pues, según las cuentas y la meta propuesta, en el 2018 se debían haber apoyado 2 mil 200 deportistas y el informe compilado de Gestión y Rendición de Cuentas (2016 – 2019), precisa que, al 31 de diciembre de 2018, finalmente se apoyaron 1 mil 972 atletas. Esto quiere decir que hay 228 personas restantes que estaban presupuestadas en la meta, pero al parecer no fueron apoyadas en realidad.
Informe de Gestión (2018) y Presupuesto 2019. Fuente: Indersantander.
Lo anterior tampoco coincide con la información presentada en el Informe de Gestión 2016 – 2018, del ex director Diego Mancilla León, pues señala que en el 2018 se invirtieron 2 mil 325 millones 600 mil pesos y, según la suma de la cifra del documento anterior, en ese año se habrían invertido 2 mil 303 millones 200 mil pesos. Además, agrega que la inversión total entre los dos años que abarca el documento, fue de 4 mil 92 millones 456 mil 658. Entonces, ¿esto indicaría que durante el 2019 se invirtieron los 2 mil 994 millones 963 mil 668 pesos restantes de la inversión total?
Informe de Gestión 2016 – 2018. Fuente: Indersantander.
Para dar respuesta a las inconsistencias, esta redacción intentó comunicarse con Diego Mancilla León, ex director del Indersantander durante el periodo 2018 – 2019, pero no fue posible.
Isa Salcedo
Periodista
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