Según un estudio realizado por la revista The Lancet una inyección al mes con un tratamiento antirretroviral es suficiente para mantener confinado el virus del sida, lo que permitiría a los seropositivos dejar de tomar una pastilla diaria.
El estudio consistió en inyectar dos moléculas de antirretroviralescada cuatro u ocho semanas durante casi dos años a 230 pacientes con VIH, aunque con una carga viral indetectable.
La primera molécula inyectada, llamada cabotegravir, está desarrollada por el laboratorio ViiV Healthcare, una filial de GSK, Pfizer y Shionogi especializada en el HIV, donde trabaja unos de los autores del estudio, David Margolis.
La segunda molécula (rilpivirina) está siendo desarrollada por el laboratorio Janssen, del grupo Johnson and Johnson.
Los dos laboratorios alcanzaron una alianza para crear con estas dos moléculas combinadas el primer tratamiento inyectable de acción prolongada contra el VIH.
Según Paul Stoffels, director científico de Johnson and Johnson, el tratamiento “La observación del tratamiento sigue siendo un gran desafío” en la lucha contra el VIH, subrayó por su parte David Margolis, ya que un mal seguimiento puede provocar fracasos terapéuticos y favorece la aparición de resistencias a los medicamentos anti-VIH.
“Habrá que elegir entre el confort de no tener que seguir un tratamiento oral y los inconvenientes asociados a un tratamiento antirretroviral de acción prolongada por inyección” concluyó Stoffels.