Covid, covid, covid, apenas acabo de terminar mi columna anterior Insomnio y tristeza profunda, lo que nadie te dice del COVID-19, y trin, aquí estás de nuevo, ni siquiera había recuperado el olfato, tampoco el gusto y lo volví a perder.
Por tercera vez el Covid tocó mi puerta, seguramente porque viajé, porque visité amigos, organicé una fiesta, visité la familia en Betulia, volví a la playa, seguramente esté positiva por tercera vez, porque estoy viva y hay una pandemia en el mundo.
De nuevo, con amigos nos reímos, “ sos tan positiva que siempre te sale positiva la prueba”; y cada vez será menos raro un tercer contagio; debo decir que siempre he avisado a las personas con quien tuve contacto en esos días, pero nunca he recibido ese mensaje de nadie. ¿entonces responsabilidad es usar tapabocas? ¿Rasgarnos las vestiduras por el autocuidado cuando nos ven? No sé… que entre el diablo y escoja, al final es de esos temas en donde solo hay puntos opuestos y conlleva el aura de tiranía que siempre ostentan los extremos.
Fui la primera de muchos en mostrar síntomas, por primera vez a mi mamá le dio, mi hermana al otro lado del mundo también y al mismo tiempo. En esta tercera ola, las pruebas no van a alcanzar, Ómicron tiene una altísima tasa de contagio y baja mortalidad, hay modelos que estiman que el 80 % u 85 % de la población nos vamos a contagiar, y la evidencia científica muestra que quienes están en UCI son en más del 70% no vacúnados.
Hoy en 2022, de cara al futuro y sin atisbo de duda, puedo afirmar que cada vez será menos raro un tercer contagio, nos vamos a contagiar y se contrasta con el hecho de que el mayor sentido de la vida es que podemos morir, hoy mañana o pasado, pero al final, sin duda alguna, todos vamos a morir.
Como queremos entonces afrontar el Covid, ¿es esta una oportunidad obligada para entender que la vida que quieres cuesta la que tienes?, ¿es la posibilidad de dar cara a lo básico? porque sí, no puedes estar enamorado de tus sueños y al mismo tiempo ser amante de tus excusas. Todos nos vamos a morir, ¿Cómo queremos vivir?, ¿en un letargo de afanes sin sentido, por escalar montañas vacías?. Los limites son amor propio, la vida sana es más que solo comer lechuga, es equilibrio, gestión del estrés, gestión de emociones, descanso, actividad física, no todo es el bicho.
Han pasado y seguirán pasando grandes perdidas, a las familias de las víctimas del Covid, les abrazo en la distancia, no hay palabras para tal dolor.
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