“Polvo eres y en polvo te convertirás”. Esta es la frase que dice el sacerdote mientras dibuja con ceniza la señal de la cruz en la frente de los feligreses; de ahí son muchas las premisas que se desprenden de lo que se debe o no hacer durante la cuaresma de la fé católica.
Los miércoles de ceniza se enmarca el inicio de la Cuaresma, es decir, los 40 días en los que los católicos se preparan para la pasión, muerte y resurrección de Jesús, Pero, ¿De dónde sale la ceniza? Este es el resultado de la quema de las palmas del Domingo de Ramos del año anterior, con esto, se impone sobre los católicos un recordatorio que la vida terrenal es temporal. Por ello, las cenizas, es aquello que se desvanece, como señal de una vida terrenal es efímera.
En ese sentido, son muchas las tradiciones que se desplegaron sobre el catolicismo y se quedaron de generación en generación, ejemplo de ello, el ayuno, la abstinencia, el perdón y el acercamiento espiritual en busca del perdón.
¿Por qué no se debe comer carne luego del miércoles de ceniza?
Inicialmente la prohibición de este alimento viene de las antiguas escrituras donde comer carne era visto como un pecado ya que se relaciona con el cuerpo crucificado de Jesucristo. Por ello, a partir del miércoles de ceniza, los feligreses no comen carne rojas los viernes durante los 40 días de la cuaresma; sino que, optan por comer carnes blancas como; pescado, pollo, pavo, cabe añadir que, algunos reemplazan las proteínas con queso, huevos y granos.
Los católicos explican que mediante estos actos, se purifican, piden perdón y piden plegarias para alcanzar la paz anhelada. Por su parte, sacerdotes explican que en estas épocas es recomendable que los creyentes hagan 3 acciones fundamentales, caridad, sacrificio y oración.