Durante su visita al Centro de Salud Once de Noviembre en Los Patios, Norte de Santander, el presidente Gustavo Petro anunció que la reforma a la salud será implementada de inmediato, sin necesidad de aprobación del Congreso. Acompañado por el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, el mandatario argumentó que las leyes actuales permiten ejecutar los cambios sin trámite legislativo, requiriendo únicamente «audacia y decisión». Esta declaración marca un punto crucial en el debate sobre la transformación del sistema de salud en Colombia.
Uno de los cambios más relevantes propuestos por el gobierno es la eliminación del rol financiero de las Entidades Promotoras de Salud (EPS). Petro aseguró que estas entidades no deben seguir como intermediarias en el manejo de recursos públicos y que, en su lugar, deben convertirse en gestores farmacéuticos. Bajo este nuevo esquema, las EPS recibirían pagos por gestionar y distribuir medicamentos, pero sin administrar directamente los fondos del sistema de salud. Asimismo, el presidente propuso ampliar el número de gestores farmacéuticos, permitiendo la participación de laboratorios, droguerías nacionales e incluso empresas de mensajería estatal como 4/72.
Petro también denunció que algunas gestoras farmacéuticas han inflado los precios de los medicamentos, vendiéndolos al doble de su valor real. Para contrarrestar esta práctica, el presidente planteó la posibilidad de realizar compras directas en el extranjero o con laboratorios nacionales a precios más justos. Estas declaraciones refuerzan la postura del Gobierno en contra de la intermediación financiera en el sistema de salud, a la que responsabilizan del desfinanciamiento y la falta de eficiencia en la prestación de servicios médicos.