¡Para morirse! Descuentos del 40%

Una vez conocimos los resultados del desastroso día sin IVA, solo queda mirar hacia el futuro, analizar los escenarios posibles y en medio de una sociedad mediada por la oferta y la demanda, calcular cuánto cuesta morir para preparar el bolsillo. Pero tranquilo, le tengo buenas noticias.

Las funerarias, por la naturaleza del servicio que prestan, ya se han venido preparando con los mejores precios al igual que los grandes proveedores de tecnología, ropa y demás productos del día sin IVA. Usted o su familia (Dios no quiera) podrán acceder a paquetes fúnebres con descuento y a los mejores precios. Así que tome su calculadora porque a continuación les cuento lo que deberá comprar, para que tenga una idea de cuánto cuesta morirse y los descuentos a los que puede acceder.

Si los índices de mortalidad continúan estables y exceptuando los costos anteriores al fallecimiento, lo primero que deberá pagar será los servicios por concepto de: recoger el cadáver desde el lugar donde esté y llevarlo hasta la el lugar donde será preparado. Esto tiene un precio mínimo de $150 mil aproximadamente.

Después viene el proceso de embalsamado para evitar la putrefacción rápida del cuerpo que entra en estado de descomposición, lo cual actualmente solo se puede realizar con los químicos autorizados. Ya no se usa formol pues esto retrasa la descomposición y en la exhumación los restos estaban saliendo momificados. El valor de este procedimiento es de $250 mil aproximadamente.

El siguiente paso es comprar el ataúd. Este producto lo podrá encontrar en gama alta, media y baja al igual que la tecnología. El más económico está alrededor de los $400 mil, aunque también puede acceder a otras líneas como la presidencial (que es como el IPhone de los ataúdes), que tiene féretros desde los $3 millones en adelante.

Una vez en el ataúd, el cuerpo se traslada a la sala de velación. Actualmente por temas de bioseguridad en el marco del Covid-19 solo pueden estar máximo 10 personas en la sala, la cual tiene un valor desde $250 mil por las 24 horas que están permitidas e incluye servicio de cafetería y recepción de invitados.

A esto se le debe sumar también la compra de elementos varios como el arreglo floral que tiene un costo aproximado de $60 mil, además de un cartel informativo con el nombre del difunto y la cinta de la carroza por la módica suma de $25 mil.

Los actos religiosos ahora se deben hacerse en la sala de velación puesto que los centros de culto están cerrados, o sea que si desea realizar la ceremonia ésta tendrá un costo aproximado de $80 mil.

Llega la hora donde el llanto y las lágrimas se apoderan del momento. El cuerpo debe ser trasladado en una carroza fúnebre hasta el cementerio y se aproxima la despedida final. El costo de este servicio es de $150 mil.

Si desea contratar un bus para 10 personas que es el número autorizado de acompañantes, este tiene un precio de $120 mil. El bus los lleva hasta el cementerio, los trae de regreso y los acerca hasta sus barrios para que continúen con sus vidas.

Una vez en el cementerio una fosa de 3 metros es el escenario donde descenderán los restos. Este valor depende del campo santo que haya escogido: para el caso de una ciudad intermedia como Barrancabermeja por ejemplo, si es en el cementerio La Resurrección, según la funeraria consultada tiene un costo de $90 mil pesos por 4 años, pero si es en Jardines del Silencio ya cuesta entre $1’600.000 o $2’000.000 dependiendo del sector. Estos costos varían dependiendo de la ciudad, si tiene un seguro funerario o algún otro beneficio.

Si viene haciendo cuentas la suma ya tuvo que haber pasado el millón de pesos, pero no se preocupe. El sector funerario al igual que las tiendas de tecnología y ropa también tiene paquetes para su mayor economía. En temporadas normales, sin pandemia, todo el paquete tiene un costo mínimo de $1’600.000, el mismo valor de un televisor que pudo ser comprado en el día sin IVA. Pero en tiempo de pandemia, por temas de Covid-19, ahora encontramos servicios fúnebres completos por $1 millón, es decir con un descuento del 40%.

Por supuesto, este cálculo no tuvo en cuenta los costos emocionales, médicos y efectos colaterales de la pérdida del ser querido pues varían depende del estrato social. Pero como dice el dicho, “el muerto al hoyo y el vivo” que ya no puede salir a bailar, deberá seguir trabajando para sostener el sistema económico.

El pasado viernes 19 de junio la vida de los colombianos tuvo un descuento del 19%. Ojalá no sea una premonición de la cantidad de personas que morirán gracias a las decisiones del gobierno que superpone la economía por encima de la vida; al descuido de algunos empresarios que por ahorrarse unos pesos o descuido no implementaron protocolos de bioseguridad para ofrecer sus productos o servicios, y a la irresponsabilidad de algunos ciudadanos manipulados por un instinto de consumo. Aquí todos tenemos responsabilidad, unos más que  otros.

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