Ahondar en las razones que llevan a Barrancabermeja al borde de una crisis de gobernabilidad, es limitarse a justificar el proceder y actuar de los gobiernos de turno como una expresión coyuntural del sistema político. Es preciso entender, que “Gobernar es una habilidad humana, el Gobierno es un arte del ciudadano y del político, que se adquiere por aprendizaje, y cuya ignorancia puede propiciar la ingobernabilidad (Rousseau). Entonces, la situación política actual por que la atraviesa Barrancabermeja, podría leerse, más allá de lo coyuntural, como un resultado de no aprender a superar los errores políticos del pasado.
Algunos piensan que las ciudades se construyen en base a los sueños más profundos de sus ciudadanos, otros, por el contrario, asumen que la responsabilidad atañe al gobierno como máxima expresión de poder, representatividad y orden. Quizás, cualquiera de las dos posturas, desde un sentido positivo de la gobernabilidad y gobernanza[1], permite una activación de los niveles de desarrollo y mejora de las condiciones en un territorio.
[1] Gobernabilidad: Estado de equilibrio dinámico entre el nivel de las demandas societales y la capacidad del sistema político (estado/gobierno) para responderlas de manera legítima y eficaz” (Camou 2001:36)
Sin embargo, aunque se precise la idea de progreso como una expresión colectiva o particular dirigida, se debe reconocer la existencia de disfuncionalidades y distorsiones del sistema político que afectan la consecución de los objetivos de gobierno y por ende, de ciudad. Actualmente, Barrancabermeja afronta una de ellas, ingobernabilidad, derivada por supuesto, de una decadencia política local como consecuencia de una fragmentación y polarización por intereses de poder.
Lo anterior, constituye un fuerte desafío político, debido a que, las demandas y necesidades socioeconómicas de Barrancabermeja, por mucho tiempo han estado sobre la cuerda floja, es decir, a merced de la definición de situaciones jurídicas de la figura máxima de autoridad, inestabilidad política local y la expectativa de la asignación de un nuevo mandatario. Dicho de otra manera, un panorama de incertidumbre política que compromete cada vez más el progreso de la ciudad y de sus ciudadanos, limitando la solución de las problemáticas a agendas políticas de quien ostente el poder de turno.
Superar los errores, va de la mano de asumir los nuevos desafíos y retos políticos del ahora. Es el momento preciso para que la ciudad asuma el reto de adquirir un mayor nivel de consciencia colectiva política, el cual combine la expresión de gobernabilidad y gobernanza bajo un planteamiento y proyecto de ciudad, en el que confluyan los intereses de todos y persista la idea de construir conjuntamente un modelo de ciudad en la que queremos vivir, independientemente del color político.
Es fundamental instar la idea de despojarse de los egos políticos, debe verse al gobierno como una expresión de representatividad colectiva que corresponda a los intereses de ciudad, el mismo que logre motivar e incluir otros actores del sistema. Este nuevo desafío político local no puede ser asumido solamente por políticos, debe ser la bandera de ciudadanos de a pie, empresarios, jóvenes, mujeres, que han decidido quedarse para superar la crisis y encontrar nuevas oportunidades.
Barrancabermeja, necesita romper los paradigmas tradicionales de la democracia, repensar la forma en la que es gobernada y por ende, quienes ejercen autoridad sobre sus exigencias sociales, no para que aparezca de un nuevo “mesías” que salve la ciudad, pues ello no ha funcionado, sino para que se abra un camino hacia la comprensión y construcción colectiva de la ciudad que merecemos, queremos y soñamos los Barranqueños.
Escrita por: Jimmy Picon
Mg. Gobierno y Políticas Públicas
Mg.Public Policy and administration
Esp. Marketing Político y Estrategias de Campaña
Prof. Gobierno y Relaciones Internacionales
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