“Mi mamá es la mejor mamá del mundo” creo que es la frase mas recurrente que leemos y escuchamos el día de las madres. Pero ¿y si mi mamá realmente no es la mejor del mundo.?
Mi mamá es probablemente la persona más dedicada que he conocido. Venir de una familia grande, conservadora en muchos aspectos y de pocos recursos hicieron de ella una mujer de carácter, carácter que le ha evitado problemas, deudas y malos ratos, pues siempre tiene los pantalones bien puestos para decir las cosas como son, de ella creo que le herede ese sentido de la justicia y el “no dejarse” como decimos aca en Colombia.
Cuando decidió ser mamá, lo hizo con deseo y espera, al orden de antes: tener un noviazgo, casarse y luego procrear 3 hermosas niñas y desde que tengo memoria recuerdo verla entregada en cuerpo y alma a su familia, a nosotras, a mi papá y a mis abuelos.
Siempre en cada aspecto dando lo mejor de sí y aunque muchas veces la juzgue sin querer por cómo nos regañaba o como actuaba ahora que soy mamá y me pongo en sus zapatos entiendo que ser mamá es una tarea demasiado difícil, se da látigo a uno mismo por cómo está actuando, porque no sabe uno si lo que está haciendo está bien, porque quiere uno lograr ese equilibrio entre proteger y dar libertad, en fin, ser mamá no nos hace más mujeres pero si nos hace más empáticas con las nuestras o bueno al menos en mi caso, porque uno pasa a entender que ejecutar esa tarea es duro, recién nace el hijo uno no tiene idea de por dónde empezar y asi con cada etapa de su vida.
Asi que ahora que mi hijo me dice esa frase pienso en que claramente no soy la mejor, estoy haciendo lo que puedo y quiero permitirme seguir aprendiendo las veces que sean necesarias y por ello hoy no quiero repetir lo mismo de todos los años, no quiero decirle a mi mama que es la mejor mamá del mundo porque en este mundo de las mamis no hay una mejores que otras, las mamás de todas las generaciones estamos esforzándonos no en busca de un piropo que nos dicen una vez al año, nos esforzamos buscando una mejor calidad de vida para nuestros hijos, protegiéndolos, amándolos, entendiéndolos.
Hoy quiero resaltar ese esfuerzo de muchos años, quiero decirle que agradezco enormemente el esfuerzo de todo este tiempo, porque, aunque deseaba ser madre nadie le enseño a serlo, casi que su maternidad se basó en lo que aprendió de mi abuela y en un aprendizaje de prueba-error. Mi mamá no tuvo creadores de contenido que le dieran tips para los problemas de la adolescencia o le indicaran como se deben regañar a los niños pequeños, mi mamá fue aprendiendo empíricamente como proceder a cada situación.
Las creadoras de contenido con las cuales intercambiaba consejos eran las mamis que iban a la clase de danzas los sábados que mientras nos esperaban intentaban descifrar entre todas que hacer con el hijo que estaba entrando a la adolescencia o el hijo que no estaba rindiendo en clase.
Mi mama no es la mejor mamá del mundo, pero en definitiva dio y sigue dando lo mejor de si para ser la mamá que necesito y por ello siempre estaré infinitamente agradecida.
A mi Mami: Hoy dejo atrás todas las veces que te juzgue y las cambio por solo palabras de agradecimiento y admiración. Hoy nos perdonó por si en algún momento algo fracturo esta relación de madre e hija y el orgullo hizo de las suyas. Hoy solo quiero poder disfrutar eternamente el honor de ser tu hija y llevar tus genes de mujer perseverante, luchadora, inteligente, capaz, noble. Hoy conmemoro y celebro en la distancia tu maternidad ejercida mientras nos encontramos de nuevo en un abrazo.
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