“Ya estaba acostado, cuando sentí un escandalo de personas que llegaron, uno de ellas me levantó de mi cama a la fuerza, y a otros compañeros, y nos pusieron en fila en el alojamiento. Pensé que me iban a matar, porque esos señores estaban muy agresivos. Luego de gritarnos y amenazarnos, nos dijeron que eran seis las personas que matarían. Me quedé mirando para el piso, y escuché varios disparos, pero gracias a Dios ninguno fue para mí”.
Este es uno de los testimonios de uno de los sobrevivientes de la reciente masacre que vivió Antioquia el pasado 16 de febrero en el municipio de Andes.
El periódico El Colombiano tuvo acceso a información donde los 10 recolectores de café relataron los sucesos para la investigación y la captura de los presuntos responsables del crimen.
Se presume que los homicidas tenían oden previa de asesinar a media docena de personas.
Declaraciones
Según las declaraciones de los sobrevivientes, coincidieron que alrededor de las 9:15 de la noche, un grupo de personas llegaron en motocicletas a la finca La Arboleda, quienes sigilosamente se dirigieron al campamento conocido como cambuche La Ilusión.
Uno de los sobrevivientes refirió que quienes entraron al apartamento encañonaron a uno de los recolectores y a la cocinera: “nos pidiron que entregáramos los celulares y la plate que tuviéramos, Dijeron que nos quedáramos encerrados en la pieza y revolcaron todo, levantaron colchones, cómodas, llevándose cosas de valor”.
“Estaba chateando en mi cama cuando sentí la bulla y que unas personas dijeron ‘¡levántense todos gonorreas, y miren al piso!’, contó uno de los sobrevivientes, Los criminales traían en fila a varios empleados que estaban afuera del cambuche y los juntaron con los que permanecían adentro. Les ordenaron que se agruparan en un rincón y se tendieran en el suelo, sin levantar la mirada, “¡o los matamos!”.
Los perpetuadores les arrebataron los celulares, la plata en efectivo, cadenas y anillos.
“preguntaron que quién era el dueño de la moto y yo alcé la mano, y me levanté para entregar llaves y papeles. Luego me dijeron que volviera al piso” manifestó el testigo. Y continuaron preguntando “¿Quién es el administrador?” Carlos Arturo Marulanda Córdoba de 51 años, nacido en El Cerrito (Valle) y apodado ‘el cantante’, alzó la mano. “¿Dónde está el vicio?”, le interrogaron pero él no sabía de qué hablaban.
Momentos angustiantes
La represaría fue brutal. Cuatro de los perpetuadores propiciaron golpes a uno de los sobrevivientes y uno de ellos blandiendo un cuchillo, se encarnizo “Empezó a darle puñal, lo torturaron para que dijera quien tenía el vicio, y le mocharon la oreja”. La gritaban: “Gonorrea, le dijimos que no se metiera con nosotros”., detalló un campesino, Los alaridos de Benítez hacían rezar a los demás, hasta que después de tanta tortura pronunció: ‘El negro’.
El filo del cuchillo atravezó su pecho y un disparo hizo eco en el alojamiento, acabando con la vida del campesino.
Los criminales empezaron a buscar la persona de tez oscura. El más veteranos de los campesinos empezó a sollozar y un criminal le susurró: “vea cuchito, si usted no sabe nada, no pasa nada”.
Uno de los encapuchados dijo: “vamonos” y otro de los perpetuadores respondió: “Todavía no, matamos seis y nos vamos”. Dicho esto, se oyeron truenos en el cambuche y el olor de la pólvora invadió el lugar.
También puede leer:
Uno de los testigos mencionó que lo último que escuchó fue la voz de uno de los condenados que decía: “Zarco, ¿por qué me va a matar, hermano?”.
Cuando se fueron los perpetuadores, los sobrevivientes duraron 30 minutos en el suelo, con las manos en la cabeza. No se atrevían a mirar ya que los victimarios habían advertido que no podían levantarse.
Quien sería el sexto asesinado, Felimón Rodríguez Ortiz,procedente de cordoba, de 37 años, deambulaba por el lugar aferrándose a lo que le quedaba de vida. Fue llevado al hospital local cerca de la media noche pues habían quedado incomunicodos.
Alexánder Benítes y Jesús García reconocieron los cadáveres del administrador Carlos Marulanda y de Wilfredo Manuel Reyes Ayala.
Avance de las investigaciones
Quien seria el quinto asesinado estuvo como NN por dos días pues los demás sobrevivientes no sabían su nombre. El 18 de febrero un familiar se contactó con los investigadores y fue quien lo indentificó como Rubén Darío Rincón Valencia (El Flaco) de 22 años.
Se conoce, que un mes antes de la matanza, habían llegado a la finca dos hombres encapuchados preguntando por “el flaco” y pese a no mostrar armas, registraron el cambuche de los recolectores y luego se fueron.
Hasta el momento, no se conocen los motivos del crimen, aunque dadas las declaraciones, se presume que los perpetuadores se encontraban haciendo seguimiento a los dos agricultores procedentes de Medellín, según fuentes judiciales.
El 24 de febrero, las autoridades anunciaron la captura de tres presuntos sicarios del frente Suroeste del Clan del Golfo y quien se señalan de participar de la masacre: Juan Carlos Serna Veléz alias ‘Ratoncel’ y Mario Ospina Foronda alias ‘El Indio’ fueron detenidos en Andes y Johan Arango Restrepo alias ‘Care Lápiz’ capturado en Hispania.
Pronunciamientos
El Ministro de Defensa, Diego Molano, señala frente a ‘Care Lápiz’ ser el supuesto responsable de cortarle la oreja a uno de los asesinados y que este hecho corresponde a una disputa entre bandas por el control territorioal para el trafico de drogas.
“Esta subestructura (frente Suroeste) estaría relacionada con el asesinato de 25 personas, en homicidios colectivos cometidos en Andes, Salgar y Betania. La fiscalía ha detectado prácticas deleznables con los cuerpos, por parte de este grupo como desmembramientos”. Refirió el Fiscal General, Francisco Barbosa.
Por otro lado, el director de la Policía General, Jorge Vargas, señaló como responsable por línea de mando a Wilmer Giraldo Quiroz ‘Siopas’, el comandante del bloque Pacífico del Clan, del cual depende el frente Suroeste. Por información que lleve a su captura hay una recompensa de 570 millones de pesos.
Le puede interesar: