Las reglas de etiqueta ya deberían ser mandadas a recoger

Sí, así como lo están leyendo. En una época tan cambiante, acelerada, y diversa como lo ha sido la última década. Seguir un modelo reglamentario que le dice a las personas como deben de actuar, vestir, y/o hablar en distintos escenarios, puede resultar un poco conflictivo para algunos individuos. En lo personal, me considero uno de esos.

Remitiéndome a la Real Academia Española (RAE), dícese de etiqueta lo siguiente: “Ceremonial de los estilos, usos y costumbres que se debe guardar en actos públicos solemnes”. Entendiendo por etiqueta a un conjunto de conductos o protocolos que se deben seguir para tener un comportamiento “socialmente aceptado” en ciertos entornos.

Hasta aquí, todo bien. Mi conflicto interno con estas reglas, y el de muchas personas más, empieza cuando algunos individuos, en su afán de querer generar una buena impresión, imponen estos reglamentos en medio de situaciones que no lo ameritan. Ejemplo claro puede ser una simple salida de sábado por la tarde a comer una hamburguesa en un restaurante de gama media, o una simple salida al cine ¿Quién no se ha enfrentado a la siguiente situación? “Mijo, ¿usted va a ir en pantaloneta al cine? ¿Usted piensa salir a almorzar en chancletas? ‘no salude con la mano izquierda, que es de mala educación'”, etc. Diría o preguntaría algún familiar, amigo, y/o persona cercana suya.

La molestia que me genera en sí este tema, tiene que ver con ¿quién decide que está bien y que está mal en estas situaciones? ¿Quién decidió que saludar con la mano izquierda es una falta de respeto? En lo personal, esto suena más a una discriminación en contra de las personas zurdas, que un acto de irrespeto.

Según un artículo de la revista universitaria, Escritos BUAP, “En general en Roma se comía apoyando el codo izquierdo en la mesa, con la mano izquierda sostenían el plato y tomaban lo alimentos con la mano derecha (Fornieles, M. y Martos, J. 2013). Para saludar, se consideraba un insulto dar la mano izquierda. El saludo oficial se hacía con el brazo derecho en alto, mostrando la palma de la mano”.

Se entendería entonces que el simbolismo de irrespeto al saludar con la izquierda, se remonta a las culturas antiguas, al igual que muchas otras creencias y tradiciones. Pero acá es donde yo me pregunto, ¿acaso la sociedad no evoluciona con el paso del tiempo? Recuerdo que en el colegio nos enseñaron que en ciertas sociedades precolombinas era común que un padre intercambiara a su hija por ganado. Claramente, hoy en día se ha perdido en gran medida esa tradición. Y aunque el ejemplo no coincida con lo de la mano izquierda, a lo que voy es a que con el paso del tiempo las costumbres, creencias, tradiciones, etc.; van acabando, para bien o para mal. Algunas se vuelven obsoletas y sin sentido.

De esta manera, mi creencia sobre lo obsoleto que son la mayoría de las normas de etiqueta se refuerza, pues considero que el respeto y los modales van más allá de una camisa mal puesta, unas chancletas, tomar del pico de la botella sin usar pitillo, etc. Y me pregunto nuevamente si vale la pena seguir aplicando este reglamento en nuestro día a día, es que ¿acaso la etiqueta sigue vigente como un símbolo de cortesía y respeto, o solo continua para hacer sentir moralmente superiores a algunos individuos?

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