Memorias de cuarentena
Todo fue como un sueño, ahí estaba yo en mi primer día de cuarentena, primer día del año fuera de las fechas estipuladas que no estaba con mis compañeros, fue como estar atrapado en un vacío que parecía no tener fin, así mismo, me llenaba de dudas el saber qué haría el día de mañana. Para ser sincero, en ese momento en mi núcleo familiar se creó una disputa, seguir en mi institución o matricularme a una escuela virtual; luego de meditarlo bien decidimos que me quedaría, poco a poco me di cuenta que esto no era lo mismo y que debería adaptarme al nuevo estilo de vida.
El primer año no fue fácil, mi hogar no era un lugar en el cual enfocarse de manera eficaz, eran muchos los factores que llegaban a distraerme y claro, estar solo no ayudaba, ya que mis padres en el horario de la jornada escolar debían cumplir con sus horas laborales. Fue un momento muy triste por decirlo de alguna manera, no tenía quien me hiciera compañía durante mis jornadas escolares y al ser pandemia el único contacto con el exterior era lo que podía divisar por la ventana.
El primer año concluyó como una muestra de lo que podía ser un nuevo estilo de vida, era como un videojuego, al fin podía pasar el tutorial pero me inquietaba que el próximo paso fuera el juego real. Pasó lo que más temía, claro, el horario escolar no era lo único en mi vida, todavía existía una pandemia que era algo a lo que yo no le tenía tanto enfoque y le comenzaba a perder el miedo.
No pasó mucho tiempo antes de comenzar una pesadilla, el primer contagio de alguien cercano es una experiencia inolvidable y más cuando es de los primeros que se registran en la ciudad donde vives, recuerdo la inseguridad de hablar con cualquier persona que no fuera cercana y me inquietaba contraer el virus, no por mí sino por mi familia que en ese entonces estaba en un momento muy feliz, ya que llegaría alguien nuevo a nuestra vida, la felicidad, mi hermanita.
Pero nuestra felicidad comenzó a verse opacada por la preocupación de las condiciones en las que la bebé nacería ¿Qué hospital podría ser seguro en época de pandemia? me preguntaba todo el tiempo.
Lo bueno de este cuento es que no solo hay un nudo también existe un desenlace, preocupado por las condiciones de vida actuales los días pasaban y yo no llegaba a darme cuenta, como dicen por ahí el tiempo no espera a nadie, al fin entendí el escándalo que generaba mi inseguridad y poco a poco fui dejando que las cosas tomaran su curso.
Llegó el rayo de sol en medio de la oscuridad
Me encontraba en mi habitación abrumado por la llamada que acababa de recibir no es fácil saber que en pocas horas tu nueva hermanita llegaría a ti, recuerdo haber bajado al parqueadero y caminar en círculos alrededor de dos horas esperando a que la matrícula amarilla y la carrocería del carro hiciera acto de presencia, luego de haber paseado y recorrido cada centímetro del edificio al fin ocurrió el carro llego, mi emoción y nervios estaban por las nubes y el abrir la puerta fue como abrir un cofre el cual contenía el que de ahora en adelante seria mi mas grande tesoro
A día de hoy han pasado ya ocho meses desde la llegada de mi querida hermana y podría decir que somos inseparables, los días tristes y complicados se convierten en emoción y felicidad cada vez que la cargó, puedo decir que me siento tranquilo, y que mi vida cambio por completo; esta época de pandemia me enseño a valorar lo que tengo, espero que a ti te haya pasado igual.