La Recta Final

Sentimiento patrio pero de tiempo limitado.

Este es mi país, el que muestra su escencia en las pasiones que el tiempo va dictando, sentimientos colectivos que ebullen igual en luchas electorales como en reinados de belleza de toda índole, y partidos de fútbol donde la muchedumbre se identifica con camisetas y banderas que incitan el sentimiento patrio pero de tiempo limitado.

La novelesca realidad es que tradicionalmente endilgamos un extraordinario poder a nuestros gobernantes quienes sordidamente representan poderes mucho más elevados en la pirámide social,  muchas veces desconocidos en su verdadera dimensión, quienes son los que manejan a su antojo con sus representantes en cada poder del estado casi todo o tal vez todo.

Los políticos son instrumentos al igual que el ciudadano común de dichos poderes , y así continúa la historia de nuestros países desde hace más de 200 años desde que se fueron los Españoles . Pero en esencia seguimos por los mismos senderos, porque dejamos en los gobernantes la responsabilidad del cambio, cuando en realidad ellos nunca han cambiado.

Es el ciudadano quien debe definir con su accionar cotidiano un comportamiento ajustado a la moral y a la justicia, adoptando esta como la ideal convivencia en respeto y armonía desde la casa, el barrio y cada pueblo.

No es un candidato o el otro quien cambiará el país, somos nosotros, por supuesto que en vigilancia estrecha y en concurrencia de nuestros gobernantes a los cuales les debemos pedir cuentas porque son quienes elegimos para administrar nuestros recursos, pero desligandonos de clientelismo y arreglos burocráticos a conveniencia de simpatizantes, aportantes y agitadores de efervescencia electoral. Definitivamente la reforma política es urgente en el país.

“Mientras la se siga viendo como el vehículo para avanzar en la escala social , seguirá nuestro atraso en el desarrollo”.

Mientras la política se siga viendo como el vehículo para avanzar en la escala social , seguirá nuestro atraso en el desarrollo , y seguirá solo dando posibilidades a sectores privilegiados en la sociedad como tradicionalmente ha ocurrido desde que somos república.

El cambio somos todos, la respuesta está en nuestras acciones, desde el respeto de un semáforo, el respeto a una fila, el cumplimiento individual en nuestra labor diaria ; la defensa de buenas costumbres ciudadanas comenzando por la tolerancia al pensamiento discrepante como en este candente episodio de elecciones que afortunadamente ya va a terminar para seguir el camino en paz porque ya es nauseabundo el panorama .

Tantas palabras , tantas imágenes,  tantas mentiras , verdades y medias verdades. Demasiada contaminación visual ya no tanto en las calles como antes sino en medios masivos modernos; estos que hicieron posible hasta la primavera Árabe y el derrocamiento de presidentes.

Desde luego que el clamor popular es inmensamente valioso y con un poder inconmensurable en la búsqueda de un mejor mañana, cesando las costumbres opresivas y dando fin a gobiernos tiranos quienes no han escuchado al pueblo. Desde ese punto se gestan cambios sociales como ocurrió mucho tiempo antes en Francia o la época imperial  en la Rusia Zarista.

La ciudadanía clama porque termine pronto la oscuridad y que llegue para Colombia el mejor de los caminos.

“Obra de tal suerte que tu acción pueda servir de norma universal ” (Inmanuel Kant).

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