Cuentan lo que los medios cuentan, que en la que llaman la Bella Hija del Sol, ya van 60 homicidios en lo que va corrido del 2022. Lo cierto es que la ciudad sigue pareciendo la bella durmiente que espera un beso que le despierte del hechizo de la bruja violencia que la ha atormentado por décadas.
La bella hija del sol está dormida, digo dormida porque los indicadores de violencia crecen y no se siente en la ciudad de Barrancabermeja un despertar ante una situación que: cobra la vida de muchas personas, llena de miedo a sus habitantes, afecta la economía, hacen que las familias corran riesgos y frena el desarrollo.
Al parecer la ciudad está dormida sobre la esperanza del discurso de la paz grande del gobierno nacional que aún no aterriza, aún no se siente. Tal vez y esperemos que no, estas promesas tarden mucho en volverse realidad en la ciudad de Barrancabermeja como en muchos territorios del país. Entonces la pregunta sigue siendo ¿Qué podemos hacer en la tierrita mientras tanto?
Extraño los tiempos donde la ciudad estaba despierta, donde las iglesias, organizaciones, escuelas y familias salían a las calles a marchar por la vida, a exigir detener a la maléfica muerte. Hay tanto que se puede hacer hoy, pero seguimos dormidos. Nos quedamos contando muertos sin preguntarnos ¿Para cuándo la movilización social que recorre las calles bajo la consigna de vivir en paz? ¿Dónde está el movimiento social, sindical, las organizaciones religiosas y defensoras de la vida y los derechos humanos? En otrora las organizaciones sociales convocaban a la ciudadanía por la vida y contra el miedo ¿Qué pasó? ¿Cuándo el discurso del diálogo y la defensa de la vida se nos escurrió entre las manos que estrecharon acuerdos políticos?
Ya no sabemos qué aterra más, si la violencia o que la ciudad siga dormida. Hay un modo zombi que justifica las muertes en los medios y una indignación selectiva. Normalizar el sonido de la guerra es la consecuencia del sueño en el que estamos.
También, si sabemos que una mente desocupada es taller del diablo ¿Para cuándo el apoyo a clubes deportivos y culturales en las comunas y barrios para el buen uso del tiempo libre de nuestros jóvenes y niños? ¿Para cuándo el apoyo en el gran reto de la educación en los colegios? ¿Para cuándo la pedagogía por la defensa de los recursos naturales que también están asesinando?
Hay una gran esperanza en la solidaridad de muchos barranqueños, que sin interés han ayudado a sus hermanos a soportar tanta desgracia. A ellos un reconocimiento especial, a los de las fotos no.
En ese sentido, una acción tal vez sea despertar sin besos, sin príncipes ni princesas, una acción tal vez sea levantarnos de la cama y encontrarnos en la calle ondeando una bandera blanca que nos une en un propósito común, vivir en paz.
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