El joven, de origen chino, también estaba desesperado por un iPad, pues quería demostrarles a sus amigos que estaba a la moda; sin embargo, no tenía dinero.
Como sus padres tampoco podían comprar los dispositivos, el joven se contactó con una clínica clandestina para que le extirparan el riñón derecho. Tras llegar a un acuerdo, en abril de 2011 viajó a Hunan, una de las provincias más pobres de China.
Tras la cirugía, 3 intermediarios le vendieron ilegalmente su riñón a un paciente, quien pagó 160.000 yuanes por el órgano (73,5 millones de pesos). Al joven, de apellido Wang, solo le dieron 22.000 yuanes por la transacción (es decir, 10 millones de pesos).
El sujeto, quien para esa época era apenas un adolescente de 17 años, se compró un iPhone 4 y un iPad 2. Al verlo con esos dispositivos, su mamá lo cuestionó y él le confesó lo que había hecho. De inmediato, ella llamó a la policía.
Tras investigar, las autoridades arrestaron a los 3 intermediarios y a 2 médicos que participaron en la cirugía, y los enviaron a prisión. La familia del joven recibió una compensación de 1,47 millones de yuanes (675 millones de pesos).
A pesar de esa indemnización, la vida de Wang se volvió extremadamente difícil, pues tuvo que abandonar sus estudios y ahora vive postrado en una cama mientras su familia lo cuida día y noche. El joven padece insuficiencia renal y necesita diálisis para vivir.