Israel reanudó en la madrugada del martes su ofensiva en Gaza con el mayor ataque desde el inicio de la tregua hace dos meses, rompiendo el alto el fuego. Los bombardeos han dejado al menos 400 muertos y 500 heridos, impactando en diversas zonas del enclave, incluidas escuelas y áreas humanitarias. Entre las víctimas se encuentra el jefe del gobierno de Hamás en Gaza, Esam al Dalis, así como otros altos funcionarios del grupo, incluido el ministro del Interior, Mahmud Abu Watfa.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ordenó la ofensiva justificándola en la negativa de Hamás a liberar a los rehenes y su rechazo a las propuestas de Estados Unidos para extender la tregua. Los ataques se centraron en diversas regiones del enclave, como Jan Yunis en el sur, Nuseirat y Al-Bureij en el centro, y Jabalia y Ciudad de Gaza en el norte. Las cifras de víctimas confirmadas incluyen solo a quienes han llegado a los hospitales, sin contar los que aún permanecen bajo los escombros.
En respuesta, Hamás responsabilizó a Estados Unidos por las muertes en Gaza, señalando que su apoyo político y militar a Israel lo hace cómplice de las masacres. Mientras la escalada del conflicto continúa, las condiciones humanitarias en el enclave se deterioran, con cientos de heridos y víctimas aún sin recibir atención.