“Los que son infieles conocen los placeres del amor; es el fiel el que conoce las tragedias del amor”. – Oscar Wilde.
- Lejanía afectiva: Suele ser una de las advertencias más importantes y de las que más duelen si fuimos amados sinceramente por alguien, nos cuesta mucho aceptar la indiferencia y por eso el autoengaño obra como un paliativo. El mecanismo de defensa que intenta justificar la frialdad del otro, es como sigue: ¿no se supone que es normal cierta lejanía afectiva de tanto en tanto? Pues depende. Un día o dos, vaya y pase; el estrés, el mal humor, posiblemente… Pero si hablamos de semanas o meses de enfriamiento afectivo, la cosa no es normal.
- Frialdad sexual: Nunca deja de ser preocupante un bajón en el deseo sexual, es claro entender que pueden haber momentos en los cuales el libido sexual no sea tan intenso como lo fue al principio de la relación. Los altibajos eróticos son normales, siempre y cuando sean esporádicos y no muestren un deterioro paulatino y constante, de lo contrario, puede existir una alarma a la cual hay que prestarle atención
- Cambios inesperados de rutinas: almorzar fuera, llegar tarde, trabajar los fines de semana, etc. Si no hay motivos claros y comprobables (no hace falta ser persecutorio para verificarlos), los cambios inesperados e injustificados de las costumbres cotidianas no deben ignorarse. Por lo general, uno no modifica sus rutinas de un día para el otro sin razones válidas y sin explicaciones. No te acuestas con una persona y te levantas con otra, y si esta mutación ocurre, debes preocuparte por saber los motivos verdaderos de estos cambios repentinos.
- Llamadas y/o conversaciones sigilosas telefónicas a horas extrañas o inoportunas: Es una conducta típica que se asocia a la infidelidad. No necesariamente debes encontrar a tu pareja hablando por teléfono encerrada en un clóset. Lo que debe inquietarte son cosas como el alejamiento y la búsqueda de privacidad cuando alguien llama, el incremento inusual de los “números equivocados” o los timbrazos a horas extrañas e inapropiadas (los amantes se necesitan a cualquier hora).
- Mentiras y contradicciones: Muchos enamorados otorgan inicialmente el beneficio de la duda, así los hechos sean irrefutables. Es una forma de autoengaño para postergar el dolor o evitarlo, avalada por la declaración de inocencia del que engaña. La gente infiel aprende a tapar una mentira con otra hasta que la víctima pierde los puntos de referencia y ya no sabe qué cosa es real y cuál es imaginaria.