Desde hace más de dos semanas, la comunidad del barrio Bellavista en Puerto Wilches, Santander, enfrenta una crisis que se agrava día tras día. Las fuertes lluvias y la falta de infraestructura de drenaje adecuada han generado extensas inundaciones que han sumido a numerosas familias en una situación desesperante. Sin asistencia de las autoridades locales ni de la gestión del riesgo, los residentes padecen los efectos de las aguas estancadas que han afectado tanto sus pertenencias como su salud y seguridad.
Los habitantes denuncian que estas aguas estancadas han generado una serie de condiciones peligrosas: la proliferación de mosquitos y enfermedades se suma a la presencia de serpientes en las zonas anegadas. “Estamos hundidos y no ha llegado ayuda de nada. Se nos hundió la casa, las camas, todo”, relata una de las residentes, quien ve cómo cada día pierde más de sus pertenencias y se expone a serios riesgos de salud.
Las condiciones en Bellavista son críticas. Además de los daños materiales, los problemas de salud han comenzado a aumentar, afectando especialmente a niños y mujeres embarazadas. Varias familias informan que los menores ya presentan síntomas como fiebre y otras afecciones que podrían complicarse si no reciben la atención adecuada. La comunidad ha alzado su voz para exigir la intervención inmediata de la alcaldía de Puerto Wilches y de las entidades de gestión del riesgo, solicitando ayuda humanitaria y atención médica urgente.
El temor de los residentes es que la situación empeore en los próximos días. “Tenemos 10 días de estar anegados y no han venido ni siquiera a mirarnos”, explica otra habitante, recalcando la falta de respuesta oficial ante la emergencia. Sin medidas inmediatas, los riesgos de salud continúan aumentando, y las familias de Bellavista esperan que pronto se implemente una intervención que alivie la situación y les permita recuperar su bienestar y seguridad.