A mitad del lunes, en Sao Paulo, Brasil, se hizo de noche, un misterio que pudo provocar temores apocalípticos en sus 12 millones de habitantes.
La causa todavía no está totalmente clara, pero los expertos aseguran que parte de lo ocurrido se debió a fuertes vientos transportaron el humo de los incendios forestales que ardían a casi 1,700 millas de distancia en el Amazonas.
News Alert : Brazil – São Paulo descended into darkness yesterday during the afternoon after strong winds brought in smoke from forest fires burning in the states of Amazonas and Rondonia. #prayforamazonia #Brazil pic.twitter.com/7lzQqoM5Sf
— Shark NewsWires (@SharkNewsWires) August 20, 2019
De acuerdo con datos recopilados por el Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE) de Brasil se han reportado más de 72,000 incendios forestales, un número récord, entre enero y agosto de 2019. Más de 9,500 de esos incendios han tenido lugar en la última semana.
Esto representa un aumento del 84% en relación con el mismo período en 2018.
El estado de Amazonas declaró una emergencia en el sur del estado y en su capital, Manaus, el 9 de agosto. Acre, en la frontera con Perú, ha estado en alerta ambiental desde el viernes debido a los incendios. Los incendios también han aumentado en los estados de Mato Grosso y Pará.
Los datos del INPE se revelan semanas después de que el presidente Jair Bolsonaro despidiera al jefe de la agencia acusándolo de mentir sobre la magnitud de la deforestación en la Amazonia y tratar de socavar al gobierno.
INPE publicó datos que mostraban un aumento del 88% en la deforestación allí en junio en comparación con el mismo mes del año anterior y ha insistido en que sus datos son 95% precisos, algo que respaldan varias instituciones científicas de todo el mundo.
“Este centro de Brasil y el sur de la región de la selva amazónica ha sufrido una sequía prolongada”, dijo Alberto Setzer, investigador del INPE, en una entrevista con medios locales. “Y hay algunos lugares donde no ha caído una gota de lluvia en tres meses”.
Ricardo Mello, jefe del Programa Amazónico del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), dijo a BBC que los incendios fueron “una consecuencia del aumento de la deforestación visto en cifras recientes”.
Por qué un incendio en el Amazonas nos afecta a todos
La selva tropical más grande del mundo, el Amazonas, es una reserva vital de carbono que ralentiza el ritmo del calentamiento global.
Es el área más rica en especies en la Tierra, hogar del 10 por ciento de las especies del mundo, incluidas 2,5 millones de especies de insectos. La vida vegetal es más diversa en un solo acre que la que se puede encontrar en muchos estados estadounidenses.
Según expertos, la pérdida de solo una fracción más de este bosque que crea humedad podría llevar a que se seque mucho más, lo que reduciría aún más la lluvia a nivel global, acrecentando la sequía en muchas zonas. El aumento de las sequías y del calentamiento global provocaría, entre otros efectos, la disminución y encarecimiento de los alimentos a nivel global, el aumento de la contaminación ambiental así como la frecuencia de fenómenos climáticos como tormentas más intensas y fuera de temporada.
El cambio climático, las décadas de tala y la limpieza de tierras provocada por incendios forestales intencionales han provocado sequías récord en 2005, 2010 y 2015-2016.
Los ecologistas han acusado al gobierno de Jair Bolsonaro de alentar la tala desregulada del bosque. Al asumir su cargo en enero, el presidente desarrollar la región amazónica para la agricultura y la minería, alentando la tala y quema del boque con esos fines. En relación con el aumento de los incendios, les ha restado importancia, alegando que ocurren en un período donde son comunes.
“Los incendios forestales en la Amazonía no son eventos naturales, sino que son causados por una combinación de sequías y actividades humanas. Tanto el cambio climático antropogénico como la deforestación regional están vinculados a aumentos en la intensidad y frecuencia de las sequías en la Amazonia”, escribieron investigadores británicos este año.