El hallazgo del cuerpo sin vida de Ana María Ruiz Quintero, de 29 años, ha estremecido al municipio de Lebrija, en Santander. Su cadáver fue encontrado el pasado viernes 5 de abril en un camino del barrio Paraíso, cerca del sector conocido como “El basurero”. Presentaba signos claros de violencia extrema: mordeduras en el rostro, pecho y genitales, además de un buzo atado al cuello, presuntamente usado para estrangularla. Las autoridades, lideradas por el CTI y la Sijín, investigan el caso como un posible feminicidio con componentes de violencia sexual.
Según versiones de los vecinos, Ana María, quien era oriunda de Girón y realizaba oficios varios, fue vista la noche anterior caminando con dos hombres hacia la zona donde luego fue encontrada sin vida. Estos testimonios han motivado a la Policía a revisar cámaras de seguridad del sector y activar sistemas de análisis con inteligencia artificial para identificar a los presuntos responsables. El coronel Misael Quiroga, de la Policía Metropolitana, confirmó que ya se recolectan evidencias físicas y materiales probatorios para avanzar en la investigación.
La brutalidad del crimen ha generado una fuerte reacción en redes sociales y entre organizaciones de mujeres, quienes exigen justicia y mayor atención a los casos de violencia extrema de género. El asesinato de Ana María se suma a una alarmante serie de agresiones que afectan a mujeres en distintas regiones del país, evidenciando la necesidad urgente de fortalecer las estrategias de prevención, protección e investigación en torno a los feminicidios en Colombia.