“Voté por ella, pertenecemos al mismo partido… revisaba el facebook y me detuve a leer una noticia sobre sus declaraciones al respecto de un tema que estaba en boga en la capital; no estuve de acuerdo e hice un comentario a la publicación… al instante, me fueron arrojados rocas de comentarios… de un simple ciudadano, pasé a ser guerrillero-paraco-uribista-petrista-misógino, entre otros calificativos que ya olvidé… había nacido un nuevo caudillismo”.
En Colombia las formas de caudillismo desfilan sobre la pasarela de todos los medios de comunicación, los ciudadanos pueden escoger qué ponerse depende de su causa o en algunos casos locura. Para lograr un excelente Outfit, la condición está en no combinar dos causas al tiempo, por ejemplo: no puedes ser Uribista y simpatizar con el proceso de paz; para la masa caudillista hay cosas que de tajo no combinan. Es necesario ser radical y situarse en un extremo los cuales van desde los ‘pro-guerra’, pasando por los de ‘la paz’, los ‘anticorrupción’, entre otros no tan famosos.
¿Qué onda con el Fracking?
Para vestirse bien con una causa caudillista no se pueden descuidar los accesorios, como por ejemplo usar el lenguaje similar al de su líder, dar ‘like’ y compartir cuanta foto, comentario y ocurrencia diga, en definitiva hacer una defensa acérrima de la causa… solo podrás ponerle un toque de tu estilo cuando vayas a ofender a un contradictor. Si tienes suerte, esto te permitirá ser tocado con el báculo del caudillo a través de un ‘like’ a tu comentario, una respuesta al mismo o en el mejor de los casos un video donde te envía un saludo para que puedas presumir en tus redes sociales.
Los caudillistas están sedientos de tendencias absolutas, no quiero ser tan duro, pero se evidencia que el odio es el rector de sus opiniones, pareciera que solo alcanzarán la felicidad hasta que el otro sea exterminado. Es una secta que les impide dialogar en la diferencia y los educa con frases programadas que repiten una y otra vez ante cualquier argumento, es como esa producción de artículos en serie alejados de la alta costura que permite tejer las reflexiones, argumentos, crítica y nuevas ideas.
En el marco de esta democracia de la emoción, el miedo es la prenda que no puede faltar en el guardarropa, pues si se dan cuenta, cada discurso caudillista nos quiere proteger de otro y el otro del primero y así sucesivamente todos se señalan entre sí mientras se proclaman como los únicos que pueden mantener el orden y librarnos de todo mal. Es así que con tanto ruido toma fuerza la expresión “pa’ dónde va Vicente, es pa´ donde va la gente”.
La pasarela caudillista podría estar inspirada en la espiral del silencio, donde Neuman plantea que los ciudadanos poseen miedo al aislamiento, a manifestar sus opiniones, por lo cual, se suman a la supuesta mayoría, generando como resultado ese efecto bandwagon orquestado por los medios de comunicación donde todos nos queremos subir porque queremos estar con el ganador.
Pero toda moda tiene su temporada y es pasajera, es así como lo discursos que posicionaron a algunos caudillos van perdiendo vigencia, pero tras suyo aparecen otros y los caudillistas tendrán siempre alguien para seguir.