Triste la situación que por el momento se vive en Barrancabermeja, para nadie es un secreto que la situación Económica por la baja del precio del petróleo y por las políticas del Gobierno Nacional, está acrecentando el inconformismo social en la Ciudad.
Pese a ello, sumamos otro gran problema que es la drogadicción, es la drogadicción la que tiene a muchas personas en la incertidumbre sobre su existencia, lamentablemente estamos acostumbrados a que las soluciones sean de forma más no de fondo.
En el año 2015 el presidente de la República firmó un decreto que ordenaba acabar con las famosas “ollas” en el País, un total despropósito, cuando es sabido que la drogadicción es una enfermedad y debe ser atendida, pero al parecer la improvisación reina como en el caso de Barrancabermeja.
Cuando el exalcalde Elkin Bueno, decidió cumplir ese decreto, sin tener como reubicar a los habitantes de calle, consideró sacarlos a las vías publicas haciendo que un problema que permanecía oculto por muchos años se viera.
Hoy vemos en Barrancabermeja un nuevo problema social, que crece mudo ante la mirada de muchos y el desconsuelo de otro, pero lo más triste ante la mirada permisiva de las autoridades, quienes prefieren no buscar soluciones tempranas antes que se hagan mayores.
Hoy lamentablemente vemos con preocupación cómo en los barrios más representativos de la ciudad como Galán, miradores del Cacique, Parnaso, Ciudad Bolívar tengan que convivir con un nuevo habitante que día y noche recorre las calles de la Ciudad.
En el Paseo de la Cultura y la zona estudiantil la inseguridad se apoderó de sus calles y los techos de las viviendas se volvieron paso peatonal de los amigos de lo ajeno.
Las quejas constantes de los vecinos de ese sector dicen que tienen que soportar los olores de las drogas y tener que ver como son manipuladas ante la mirada incógnita de los menores de edad que se encuentran en los centros educativos como Diego Hernández, Sena, industrial y la normal.
Dicen los vecinos de esos sectores que inclusive les toca ver como personas desconocidas llegan con equipaje a un lote ubicado al costado de la Universidad UCC, (Dicen que es propiedad de la Unipaz) en donde al parecer es el nuevo albergue y “olla” en donde imperan los actos delictivos y es refugio de personas que quieren ocultar su rostro criminal, como también de habitantes de calle que no tiene otro lugar donde escampar.
Es un llamado a quien tenga la competencia para que presten atención a un problema que está creciendo, pero que al parecer quiere pasar por la mirada aguda de los que tienen el poder de dar solución.
Hago una advertencia a las autoridades para que por la omisión de sus mínimos deberes de un estado alguien resulte lastimado de forma lamentable sin contar las decenas de hurtos constantes que genera la inseguridad en el sector, también es un llamado a la Universidad de la Paz para que decidan que pueden hacer con ese lote
Porque la comunidad se pregunta, ¿Qué pasaría si fuera invadido por personas que quieran construir su vivienda y acceder a la oportunidad de tener un techo propio? ¿Será que ahí si fueran desalojados con especial demencia, “esa misma” que les hace falta para acabar la inseguridad en el sector?
¿Será que el paseo de la cultura fue creado como centro de consumo de drogas y no para el aprovechamiento del sano esparcimiento? ¿Hasta cuándo?
POR: RAUL ANDRES ARDILA SILVA
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