La vieja creencia de que las personas ven toda su vida segundos antes de morir, parece tener asidero en la realidad. Eso al menos sugiere un estudio publicado en Consciousness and Cognition por investigadores de Hadassah University en Jerusalén, quienes exploraron las bases cognitivas y psicológicas de las Experiencias de Repaso de la Vida.
Para estos científicos esas ERV, un momento de revivir eventos pasados significativos es un fenómeno real y documentado que no se extiende solo a quienes están próximos a morir.
El grupo condujo entrevistas profundas con siete personas que habían tenido esas experiencias y halló similitudes en los relatos de cada uno. La gente perdía todo sentido del tiempo y veía eventos sin orden cronológico y simultáneamente.
“No hay una progresión linear, no hay límites de tiempo… era como estar ahí por siglos. No estaba en el tiempo o el espacio, así que esto es imposible de responder”, expresó uno de los participantes.
Todos describieron las ERV como un evento intensamente emotivo. Algunos tuvieron un gran cambio de perspectiva hacia eventos pasados y personas en sus vidas. Algunos revivieron momentos claves desde el punto de vista de otros que estaban involucrados, mientras otros percibieron y sintieron el dolor de sus allegados.
Un participante dijo: “No había visto lo que hice, pero sentí y conocí las repercusiones de mis acciones. Sentí el dolor de aquellos que sufrieron por mi egoísmo o comportamiento inapropiado”.
Los científicos teorizan que los ERV se dan porque partes del cerebro que almacenan los recuerdos -las cortezas prefrontal, media temporal y parietal- funcionan más tiempo que otras áreas tras una lesión seria, falta de oxígeno o pérdida de sangre.
Con base en lo hallado, los investigadores elaboraron y administraron una encuesta a 264 personas que nunca habían tenido ninguna de aquellas experiencias. Reportaron sentimientos similares a los de los ERV -por ejemplo durante un momento de deja vu o cuando pensaban en el futuro. Esto sugiere que aquellas experiencias no son exclusivas de aquellos en la proximidad de la muerte.
Los investigadores creen que ese evento tiene raíces en una alteración de un mecanismo neurocognitivo común compartido por la población sana en general.
Cuando imágenes o flashes de la vida pasan ante sus ojos, no siempre significa que el cerebro está reaccionando a una muerte inminente. La revisión de experiencias de la vida pueden ser solo otra parte de cada día.