EL PODER: La Grandeza de las pequeñas cosas

La modernidad en la que se rige la sociedad actual pretende imponer, cada vez más, nuevos parámetros relacionados con la concepción negativa del poder, desvirtuando su verdadera esencia y consolidando ejemplos perversos en los que ha sido utilizado como método de división, supremacía y represión. Dicha filosofía, que embarga la idea de concebir al poder como una gran oportunidad para la transformación, hoy día, constituye un paradigma social, el cual es necesario comenzar a des-estructurar mancomunadamente.

Comprender el poder desde una perspectiva positiva, invita a abrir la mente y disponer el corazón al servicio, aprender a dar y recibir con amor y darle valor a las pequeñas cosas; Volver a la esencia, es reencontrar el propósito de cambio implícito en él, el poder de transformar, la vida con aspectos tan básicos como una palabra, una sonrisa y una decisión, y, los territorios con acciones cotidianas y ciudadanas, en el que este presente el sentido de pertenencia y cuidado de lo público, es decir, defender lo que es de todos.

El fundamento anterior, establece una postura interesante frente al poder que las personas tienen para transformar sus vidas, y a los ciudadanos, para construir territorios prósperos; el poder de decidir, si respeta las normas de transito que regulan la movilidad, el poder de cuidar los parques en los que sus hijos y nietos juegan, se divierten y son felices, el poder de no botar basura a la calle para un ambiente sano, el poder de invertir adecuadamente los recursos públicos, el poder de respetar a los demás y reconocer en las diferencias el principal punto de partida para construir cultura y sociedad.

De manera que, el poder reflejado en la conciencia juega un rol fundamental en la vida y desarrollo de los territorios, en especial, territorios como Barrancabermeja, donde convergen un sin número de pensamientos y posiciones personales y colectivas muy interesantes, los mismos que, puedan traducirse en acciones de cambio y acuerdos básicos de ciudad, que motiven el sentido de pertenencia, el compromiso y la defensa lo que es de todos.

El poder la de las pequeñas cosas debe ser un imperativo social y debe convertirse en el principal axioma cultural para transformar un territorio como Barrancabermeja; comprender que todas las personas tienen algo que aportar desde donde se encuentren – lo cual no alude a una posición de jerarquía y/o supremacía- sino, de participación e inclusión para entender que los ciudadanos pueden ser co-equiperos en la construcción de grandes obras de arte.

Hijos de una misma tierra, habitantes de una casa común (Barrancabermeja).

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