Cuando en economía se habla de una distorsión de mercado se hace referencia a algo que evita que los recursos se distribuyan de manera adecuada evitando así la maximización de los beneficios.
Un claro ejemplo de un distorsionador de un mercado es un impuesto progresivo, con el cual en la medida en que aumentan las ganancias de las personas estas deban tributar más, llevando a que la gente pierda el interés en aumentar sus ingresos.
Seguramente mucho se ha dicho sobre los beneficios que ha traído la actividad petrolera a la economía de Barrancabermeja en términos de compra de servicios especializados y generación de empleos bien remunerados, sin embargo estas mismas razones hacen que en el fondo la actividad petrolera se convierta en una distorsión de la economía local.
El hecho de que los salarios de las actividades propias del sector petrolero sean más elevados que los salarios promedio en otros sectores, hace que los barranqueños perdamos interés en desempeñarnos en cualquier otra actividad económica, lo cual a lo largo del tiempo disminuye la oferta de programas académicos por parte de las instituciones de educación superior por el riesgo de no contar con el mínimo de estudiantes requeridos.
Esto limita las posibilidades de formación profesional en la ciudad y aumenta la oferta de mano de obra en carreras que prestan servicios a la industria, lo que a su vez disminuye la probabilidad de cada persona a acceder a los puestos laborales disponibles (por algo se han presentado en la ciudad tantos problemas con respecto a la venta de puestos laborales).
Además de esto, en términos de desarrollo empresarial hace que las empresas se centren en prestar servicios especializados a la industria petrolera, los cuales en muchas ocasiones no pueden ser extrapolados a otros sectores económicos. Esto no sería un problema si se lograran consolidar clusters económicos robustos que beneficiaran a las empresas que los componen, pero en la realidad de la ciudad no ha sido posible fortalecer siquiera el cluster del petróleo.
Tal como lo explica “la paradoja de la abundancia” las regiones que cuentan con recursos naturales no renovables (como el petróleo) tienden a tener menores tasas de crecimiento y desarrollo económico, tales como la falta de competitividad de los demás sectores económicos, poca diversificación económica, volatilidad en los ingresos por rentas de esos recursos, entre otros.
Barrancabermeja no es para nada ajena a esta paradoja, incluso puede ser un caso de estudio para la revalidación de esta teoría, pues bien es sabido para todos los que vivimos acá lo que significa tener una alta dependencia del petróleo, no por nada durante los últimos años se ha hablado hasta más no poder de crisis (este tema amerita una columna aparte).
Ahora, el asunto no es poner sobre la mesa solo los problemas, más allá de eso el reto de la ciudad es buscar aquellas oportunidades que permitan cambiar la vocación productiva del municipio, diversificar el aparato económico, la creación de empleos estables y bien remunerados y disminuir la dependencia del petróleo.
Para ello además de seguir hablando de turismo y de economía naranja, es hora de hacer