¿El espacio público si es posible?

Por: Melissa Moreno

Es indiscutible las buenas intenciones que tiene el Gobierno Municipal en cabeza del Doctor Darío

Echeverry por ordenar la casa, que evidentemente quedo hecha un caos luego del periodo de gobierno del doctor Elkin Bueno Altahona, Intenciones que se ven reflejadas en su interés por implantar una cultura cívica, que  brilla por su ausencia en el Puerto Petrolero.

En esa medida, la recuperación del espacio Público se ha convertido en su caballito de batalla: el cumplimiento de un fallo producto de una tutela, la cual obliga a los vendedores formales de la calle 50 y 52 a recoger sus sillas y mesas,  el aumento del pie de fuerza de la Inspección de Transito y la renovación de la señalización vial en las calles de la ciudad.

Excelente comienzo, lo curioso es que estas medidas se vienen realizando sin contemplar las necesidades y el contexto en el que Barrancabermeja se mueve.

Las personas que se movilizan en carro o moto  se deben de  haber percatado, de la nueva señalización de PROHIBIDO PARQUEAR,  letreros extremadamente grandes, los cuales se han colocado en casi todas las calles del sector comercial y en la ciudad en general.

No sé sabe  si la intención sea realmente contribuir al orden de la ciudad o evitar el ingreso de carros y motos al comercio o en su defecto que los barranqueños empiecen a utilizar el servicio público,  lo que sí es cierto, es que, Barrancabermeja no tiene parqueaderos, en las calles está prohibido, no habilitan bahías para su uso, no implementan un sistema de parquímetro y todavía planeación sigue entregando permisos de construcción de edificaciones sin parqueaderos y aparte de todo aumentaron el pie de fuerza de los Agentes de Tránsito para  que se haga cumplir a como de lugar.

Es contradictoria esta situación, porque en la crisis que está viviendo la ciudad el objetivo debería ser impulsar el sector comercial y no debilitarlo de esa manera y adicionalmente deberían buscar alternativas que integren las necesidades de la comunidad, de los empresarios y de la ciudad, generar un cambio de actitud desde la educación y no desde la prohibición y que esas alternativas sean realmente viables.

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