Este no es un artículo de ayuda emocional, ni más faltaba; no me siento capacitada ni tengo la experiencia para aconsejar a otros, créanme soy la menos indicada para hablar sobre como manejar las emociones.
Decidí publicar este artículo porque escribir lo que no me queda fácil decir, es la manera más efectiva para liberar el nudo de la garganta que provocan las palabras cuando se quieren decir pero no se pronuncian.
Hace un tiempo comencé el gimnasio y alguien me preguntó qué era lo que me había motivado a empezar la ‘vida fit’, en ese momento lo primero que vino a mi mente fue la verdadera razón: “vine por que terminé una relación y quiero que cuando mi ex me vea se arrepienta”.
¿Está mal que la motivación inicial para comenzar algo nuevo en mi vida no sea yo?
Del dicho al hecho hay mucho trecho, y la respuesta diplomática y lo que salió de mi boca en ese momento fue: “Vine porque estoy muy sedentaria y quiero estar más saludable para que los 30 no me entren en reversa”.
¿Me arrepiento de aquella respuesta? ¡Si! y por eso lo que no respondí en ese momento se los digo en este artículo; y es que no debería sentirme mal o darme pena decir entré al gimnasio a quemar la tusa.
De hecho, creo que no sería una mala idea una clase en el gimnasio que esté dedicada a quemar la tusa. Eso sí, sería una clase intensiva donde en ves de llorar va a es a sudar, y donde ya no le va a doler el corazón sino las piernas el abdomen y los glúteos.
Pero volviendo a mi diplomática respuesta de querer iniciar la vida ‘fit’, también dije eso por evitarme todo el rollo del amor propio. ¡Si! ese tema de que debes hacer las cosas por ti no por los demás, que tú eres tú mayor motivación, que no debes demostrarle a nadie nada bla bla bla.
Aclaro, no es que no comparta el tema del amor propio y que debemos hacer las cosas por nosotros mismos, solo que en este caso el empujoncito del gimnasio me lo dio mi ex.
Y es que es preferible vivir la tusa saludablemente con rutinas de gimnasio, una buena alimentación, dejando a un lado el sedentarismo, liberando endorfinas mínimo tres veces por semana.Y no en la cama viendo Diario de una Pasión, Yo Antes de Tí, Posdata Te Amo, preguntándome a mí misma y a mis amigas porqué eso no nos pasa a nosotras, y comiéndo helado con la excusa de que lo necesito para subirme el estado de ánimo
Lo que nos dejan nuestros ex
Cuando las personas terminan una relación tiene más de tiempo libre, se abren las puertas para escoger algo nuevo que hacer ya sea aprender un nuevo idioma, ir a clases de baile, comenzar algún deporte, o ir al gimnasio.
Por eso mientras escribía esta columna hice una pequeña investigación, y le pregunté a un grupo de amigas qué habían comenzado a hacer (productivo) para superar una ruptura amorosa.
Yoga, meditación, aprender repostería, clases de tenis, crossfit, running pintar varios libros de mándalas, aero baile fueron algunas respuestas que me dieron. Entonces, los ex no siempre dejan corazones rotos también dejan muy buenos hábitos.
Sin embargo, la respuesta que más se repetía era ir al gimnasio, con el objetivo de “ponerse buenas” y así tener el famoso cuerpo de venganza.
Revenge Body
El cuerpo de venganza es un término que se volvió popular en la última década, y tiene que ver con una de las mujeres del clan Karsahian.
Khloe Kardashian utilizó el ejercicio para llevar el estrés que vivió durante su matrimonio con Lamar Odom, y el resultado de todo eso fue una vida más saludable y más feliz, por eso hasta reality show le sacó inspirado en su propia transformación.
¿Entonces está mal que la motivación inicial para comenzar algo nuevo en tú vida no seas tú?
En mi opinión no considero que esté mal, porque lo que te motivó en un momento a iniciar, estoy segura no es lo que después de meses te mantiene, porque el dolor, el corazón roto o la rabia si es el caso desaparecen, ¡la tusa no es eterna! mientras que la satisfacción y la felicidad que te genera hacer algo nuevo se aviva y te impulsan a seguir.
Para mí las motivaciones pueden tener puntos de partida diferentes, sin embargo, al final siempre terminaremos siendo nosotros mismos el motor y el motivo más fuerte que nos mantiene.