Dos años del desastre en La Lizama

Un desastre y una sanción.

El 2 de marzo de 2018 sería la fecha en la que los lugareños de la Lizama, – zona rural de Barrancabermeja – verían cómo una crisis ambiental les cambiaría las circunstancias de la vida. Aquel día presenciaron cómo 550 barriles de petróleo, gas y lodo empezaban a emanar del subsuelo del pozo 158 para arrasar fauna y flora a su paso. Fueron cerca de 50 cuencas hídricas contaminadas, 24 kilómetros de la quebrada Lizama y Caño Muerto, así como el río Sogamoso. Sin olvidar los más de tres mil animales afectados.

Por esta razón, recientemente la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales – ANLA, decidió multar a Ecopetrol con 5 mil 115 millones de pesos. La sanción está dirigida a la reparación, tanto como sea posible, de la fauna y flora del territorio, y de los habitantes del sector, quienes han manifestado la decisión como insuficiente.

Inconformismo

Veintitrés meses después de ocurrido el desastre, vecinos del campo Lizama no solo continúan evidenciando residuos de la mancha en las aguas de las cuencas, sino que además manifiestan mayor preocupación por la continuidad de trabajos de perforación y explotación petrolera en la zona.

La Procuraduría sustentó la solicitud señalando que Ecopetrol no solo ocultó información relevante con relación al desastre, sino que además subdimensionó la magnitud de la situación. Ante lo ocurrido la institución expresó que “se trata de una afectación colectiva tanto de ecosistemas como a las personas”. Agregó que dicha afectación perjudicó elementos necesarios para la producción de alimentos fundamentales para la población de la región del país.

No obstante, la ANLA en su decisión también exoneró a la empresa nacional de petróleos de mayores cargos al considerar que “activó y ejecutó a plenitud las gestiones para implementar el plan de contingencia”. Ante la sanción, la compañía se defendió manifestando que presentará todo el sustento técnico para demostrar que atendió la emergencia desde el instante en que se conoció.

Consecuencias futuras.

Las familias del lugar expresaron que no es suficientemente compensatorio el fallo que condena a Ecopetrol porque aún se pueden presenciar manchas en cuencas hídricas que fueron afectadas, sino porque consideran que sus vidas no volvieron a tener la normalidad con la que vivían antes del desastre.

“No volvimos a vender pescado con la misma regularidad que antes y era nuestro principal sustento”, expresan pescadores de la zona. Precisamente la sanción acota que “haciéndose intuitiva la necesidad que se imponga una reparación incluso mayor pues se prevé que a futuro pueden aumentar los daños dada la posibilidad que los efectos causados con la contaminación trasciendan a largo plazo y que aparezcan nuevas afectaciones”. La anterior precisión por las características del daño ambiental, encontrándose además la alta probabilidad de aparición de nuevos efectos en la salud humana y el medio ambiente.

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Ante la conjetura, Ecopetrol respondió que han invertido más de 23 mil millones de pesos en 33 proyectos acordados y trabajados con la comunidad. De éstos, doce ya habrían sido terminados mientras que 14 se encuentran en ejecución y siete más en estructuración.

Sin fin.

El 2 de marzo serán dos años que el oro negro brotó de la tierra para no irse de las aguas donde se evidencias rastro de crudo. Hace dos años que los animales, que nunca más retornaron a su hábitat, modificaron el paisaje de esta vereda, tan dependiente del petróleo, el mismo que hace dos años rugió y les dejó claro qué vale más que una sanción.

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