El pasado 1 de enero, los conductores que pasaron por las casetas de peaje ubicadas en la ‘Ye’ del aeropuerto internacional Palonegro de Lebrija vivieron una jornada caótica debido al alto flujo vehicular.
El tráfico procedente de la vía a Barrancabermeja y del aeropuerto generó enormes filas de automóviles, extendiéndose hasta la bomba San Pablo, en la vía a Lebrija, y el restaurante Cuchara de Palo, en el corredor vial hacia el terminal aéreo.
Aunque la zona cuenta con cuatro casetas de cobro y auxiliares para agilizar el proceso, el sistema de recaudo manual resultó insuficiente, provocando retrasos significativos. Conductores señalaron que la operación tradicional de pago en efectivo, que requiere bajar la ventanilla y entregar el dinero, es un proceso lento que exacerba la congestión.
Juan Camilo Henao, CEO de Flypass, destacó los beneficios del pago de peajes electrónicos para reducir el tiempo de espera:
«La sola acción de bajar la ventanilla y pagar en efectivo puede tardar 25 segundos o más, mientras que el pago electrónico mediante el chip instalado en los vehículos toma menos de cien milisegundos».
En Santander, 17.189 conductores ya utilizan el sistema de pago electrónico, facilitado por un chip que permite el paso rápido. Actualmente, siete peajes en el departamento ofrecen esta modalidad, ubicados en Curití, Curos, La Lizama, Lebrija, Río Blanco, Aguas Negras y Picacho.
El incidente resalta la necesidad de ampliar la cobertura de pagos electrónicos en los peajes de la región para mitigar futuros episodios de congestión vehicular, especialmente en fechas de alto flujo. Conductores y usuarios esperan que la transición hacia sistemas más modernos y eficientes sea una prioridad para las autoridades y las concesionarias viales.