En San Gil, Santander, lamentablemente se halló el cuerpo de José Bonces Ortiz, un joven de 22 años que había salido de su casa en la oscuridad del martes, sin sospechar que sería sorprendido por la muerte horas después.
La tranquilidad del río Fonce, cerca del municipio de Pinchote, se vio interrumpida por el hallazgo macabro de un joven flotando en sus aguas. Fue en las últimas horas del jueves 14 de marzo que algunos campesinos encontraron el cuerpo, provocando consternación en la comunidad.
La llamada de emergencia de los lugareños movilizó al valiente equipo de los Bomberos de San Gil, quienes, con determinación, se adentraron en el río para rescatar el cadáver. A pesar del tiempo transcurrido, el cuerpo aún no mostraba signos avanzados de descomposición, lo que facilitó la tarea.
La sospecha desgarradora se fortaleció con el tiempo. Todos los indicios apuntaban a que el joven fallecido era José Bonces Ortiz, quien había desaparecido la noche del martes 12 de marzo, sembrando preocupación y desconcierto entre su familia y amigos.
José, estudiante de primer semestre de psicología en la Universidad de Investigación y Desarrollo (UDI), había salido de su hogar en la carrera 10 con calle 21 de la capital guanentina sin dejar rastro alguno.
El Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) realizó el levantamiento del cadáver y llevó a cabo los procedimientos necesarios para trasladarlo a la morgue de Medicina Legal, donde sus seres queridos esperan la confirmación definitiva de su identidad.
Versiones preliminares sugieren que José pudo haberse ahogado en las aguas. Sus familiares lo recuerdan como un joven trabajador, estudioso y con un futuro prometedor.
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