Preocupante es el panorama que aún atraviesan 60 familias de la Fortuna ante el desastre ambiental que desde hace dos semanas viven comunidades aledañas al caño Lizama, el cual atraviesa el corregimiento La Fortuna y fronteriza entre Barrancabermeja y San Vicente de Chucurí. Aunque en el lugar se adelantan labores de contingencia para mitigar los impactos que la mancha genera en la fauna y flora, la ciudadanía continúa en estado de perturbación.
Los reclamos
Las principales secuelas, según lugareños del territorio, se reflejan en la mortandad de peces que no cesa una vez conocida la emergencia y la imposibilidad de alimentar a su ganado
adecuadamente. “Antes podían venir y tomar agua, pero ya no podemos permitir que lo hagan porque si no se mueren”, expresó la comunidad perjudicada.
Según Leonardo Suárez, presidente de Junta de Acción Comunal y coordinador del Comité de Concertación de Lizama Alta, la problemática se pudo evitar porque las fallas del pozo 158, donde nace el desastre ambiental, se habían manifestado desde diciembre pasado a la empresa, cuando se realizaron maniobras de mantenimiento y sellado, lo que ocasionó grietas en la finca contigua y por ende el siniestro ahora registrado.
Líderes comunitarios expresaron que la mancha de crudo, aceites, lodo y gas ha avanzado más de ocho kilómetros desde su manifestación inicial, lo que ha conllevado a inminentes amenazas
contra fuentes hídricas de mayor importancia en el territorio, como el río Sogamoso.
La respuesta
Por medio de un comunicado Ecopetrol manifestó que en el lugar trabaja un equipo interdisciplinario conformado por más de 60 funcionarios las 24 horas del día para contrarrestar lo más pronto posible la mancha de crudo.
“Estamos trabajando con tanques, carrotanques y excavadoras que permitan evitar que el riesgo se presente en más cuerpos principales de agua. Hemos adelantado trabajos de construcción de nuevos diques y fortalecimientos de los ya existentes”, manifestó la empresa estatal, que también aclaró que esta es una situación atípica que no se ha podido superar con la prontitud requerida por las lluvias de los últimos días.
Más daños
Otras especies como babillas, pollos, patos y serpientes se han visto perjudicadas por las ‘nuevas’ condiciones que les ofrece la naturaleza. Del mismo modo la comunidad infantil también ha manifestado malestares a su salud, puntualizaron algunos padres de familia.