Lucía Inés Gutiérrez de Moreno fue sentenciada a más de 20 años de prisión después de que la Fiscalía lograra conseguir pruebas contundentes de que la exrectora del colegio Nuestra Señora del Rosario en Charalá, Santander, coordinaba encuentros sexuales entre sus alumnas y jefes del paramilitarismo.
Sin embargo, esta mujer no fue la única involucrada en estos reprochables actos. José William Parra Arroyave fue condenado a la misma sentencia, comprobándose que trabajó con la exrectora entre 2001 y 2003. Este personaje ayudó a reclutar estudiantes de colegio para que grupos paramilitares abusaran de ellas. Arroyave, fue condenado a 24 años y 2 meses de prisión. A este se le atribuyen los delitos de entrenamiento para actividades ilícitas, acceso carnal violento en persona protegida y reclutamiento forzado.
Asimismo, a Inés Gutiérrez se le pudieron corroborar los delitos de secuestro simple agravado, acceso carnal violento en persona protegida, esclavitud sexual y desplazamiento forzado, por lo que fue condenada a 20 años y 9 meses de prisión.
Entre las pruebas también se conoció que la exrectora presentaba a las jóvenes en bazares, reinados y otras celebraciones para coordinar los encuentros. En el curso del proceso fueron identificadas, por lo menos, dos víctimas que permanecieron encerradas y soportaron durante prolongados periodos los vejámenes de jefes paramilitares.
La mujer ya había sido detenida en el 2017 pero por falta de pruebas fue dejada en libertad. Hoy, después de 7 años de seguimiento, se logra dictar una sentencia para estos dos sujetos.
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