Diego Diaz es un colombiano que lleva 9 mese viviendo en Gante (Bélgica) y nunca esperó ayudar con su perro Elan a una familia ucraniana, que venía huyendo de la guerra.
Desde que comenzó la invasión de Rusia a Ucrania el 24 de febrero cientos de personas han tomado la decisión de dejar sus hogares en busca de resguardo en otros países, entre esos está la familia que este joven santandereano tuvo la oportunidad de conocer.
En un diálogo con Dígame.com.co Diaz contó a detalle el encuentro y cómo la tecnología ha sido una herramienta fundamental en este tiempo de guerra.
A través de un grupo por redes sociales de expatriados- personas que salen de su país para trabajar en otro-. El colombiano conoció la historia de unos padres que pedían ayuda para que su hija a superar el trauma que le había dejado salir de su hogar en medio de un bombardeo.
“En ese grupo de expatriados hay varios ucranianos que escriben pidiendo ayuda, buscando información de viviendas económicas, mercado o ropa; fue ahí donde unos padres se contactaron conmigo y me contaron que su hija estaba muy afectada, que ella es amante de los animales y querían que alguna persona que tuviera un perro la dejara pasearlo de manera gratuita como una forma de ayudarla a superar el estado de shock en el que estaba, pues llevaba varios días sin poder dormir.”.
Ante dicha solicitud Diego no dudo ni un segundo en decirles que sí y casualmente contó que viven muy cerca lo que hizo que la reunión fuera casi de inmediato.
El encuentro fue emotivo, la pequeña de 9 años-en un inicio tímida- jugó por más de una hora con Elan, un pastor australiano, a quien ahora llevará a pasear todos los días.
Mientras la niña se divertía con su nuevo amigo de 4 patas jugando a la pelota, sus padres le contaban a Diego el desgarrador y duro momento que vivieron cuando huyeron de su hogar.
“Cuando salieron de su casa una bomba impactó el edificio de al lado, lo que les provocó una sordera por varios minutos y en medio del caos y la confusión salieron corriendo, luego lograron subirse en un convoy. Durante ese recorrido un helicóptero ruso los siguió e intimidó por varios minutos hasta cuando se encontraron en el camino con un grupo de civiles ucranianos armados, en ese momento comenzó un fuego cruzado.
Diego agrega que la niña junto con sus padres pasaron por en cima de varios cuerpos mutilados, esquivaron balas, bombas y lograron salir ilesos de su país rumbo a Bélgica.
“Una cosa es lo que se ve en redes otra es vivirlo, nuestros padres están en Ucrania, sin alimento tampoco hay energía por lo tanto no hay calefacción y en estos momentos en Europa está haciendo demasiado frío, ellos están escondidos en el sótano de la casa. Hemos perdido familiares, amigos cercanos; hay unos que decidieron unirse a la guerra, otros están desaparecido y otros buscaron protección como nosotros en países cercanos”, expresó la pareja de refugiados.
Para este joven oriundo de la ciudad petrolera de Barrancabermeja en el departamento de Santander la experiencia es gratificante, pues nunca se imaginó poder ayudar de alguna manera a víctimas de esta tragedia que azota al mundo y en la que según la ONU han perdido la vida 364 civiles, han quedado heridos 759 personas aunque se estima que la cifra es mucho más alta: “Se puede ayudar de otras maneras, no solo con un fusil al hombre o con dinero” terminó diciendo en la entrevista el colombiano Diego Díaz.