Luego del remezón que significó la operación de la Fiscalía y la Policía Nacional, denominada “Operación Vesta I”, en Cartagena contra el delito de trata de personas y prostitución infantil, varios fueron los perfiles criminales que se desentrañaron de esta red dedicada a la explotación sexual de niñas y adolescentes.
La operación contó con 13 allanamientos, seguimientos a cinco centros hoteleros de la ciudad y siete registros de Policía, con medidas cautelares, en distintos puntos de Cartagena y su zona insular, y en tres días capturaron a 18 cabecillas de proxenitismo y depredadores sexuales nacionales y extranjeros, señalados de someter mediante vejámenes a más de 250 víctimas, entre niñas y adolescentes.
La Policía y la Fiscalía trabajaron de la mano durante más de seis meses, en los que recopilaron testimonios, elementos probatorios y suficiente evidencia técnica que “pusieron al descubierto cuatro ejes criminales de esta problemática en la ciudad”. El primer gran hallazgo fue que funcionarios públicos de la ciudad colaboraban en la red de proxenitismo que funcionaba en Cartagena.
La historia más desgarradora llegó de la mano del descubrimiento de alias el “Depredador” sexual que tatuaba a las pequeñas para identificarlas con posteridad.
Su nombre es Raúl Danilo Romero Pabón, quien se desempeñara hasta hace una semana como capitán de Infantería de Marina de la Armada Nacional, a quien la policía judicial capturó, asegurando que posee “abundante material probatorio”, con el que probarían que por medio de Facebook, Twitter e Instagram, el exmarín atrapaba en sus redes a niñas menores de 14 años.
Lo más terrorífico del caso, es que el hombre, a quien apodaron el “Depredador”, abusaba de las menores, las compraba con regalos y dinero, aprovechando que provenían de núcleos de la pobreza, compraba su silencio y les ordenaba tatuarse el nombre de “Raúl”, en varias partes de su cuerpo.
“En las audiencias concentradas llevadas a cabo este sábado 28 de julio, el oficial aceptó los cargos que le imputó la Fiscalía por los delitos de: concierto para delinquir (8-18 años), estímulo a la prostitución de menores de edad (10-14 años de prisión), demanda y explotación sexual comercial de persona menor de 18 años de edad (14-25 años de prisión), utilización o facilitación de medios de comunicación para facilitar explotación sexual comercial de persona menor de 18 años de edad (10-14 años de prisión) y uso de menores de edad en la comisión de delitos (10-20 años de prisión)”, señaló la Fiscalía en el reporte de la Investigación.
