Por: Valentina Marín Rivera, Asesora de Felicidad para Rectoría Nacional Areandina
En las últimas semanas, cuando hablo con familiares y amigos, una de las palabras más comunes dentro de la conversación es ansiedad. Creo que podría decirse que, la ansiedad, es la reina de las emociones en tiempos de COVID-19, ésta acompañada del temor y la incertidumbre. No es para menos, estamos experimentando una coyuntura nunca vista, pues, aunque sabemos que a lo largo de la historia se han presentado pandemias y situaciones muy complejas para la humanidad, es muy distinto cuando las experimentamos en carne propia. El futuro se presenta incierto y debemos estar aislados en casa esperando a que la situación mejore.
Es un momento vital para cuidar de nuestra salud mental y emocional y, aunque reconozcamos que la ansiedad y el temor pueden estar presentes, tenemos la oportunidad de regularnos emocionalmente y contemplar también las emociones positivas que esta situación trae consigo.
Estas fueron las palabras de una amiga cuando hablamos sobre las emociones predominantes en tiempos de COVID19:
“Aburrimiento, soledad, incertidumbre, ansiedad. Pero también mucho amor, tranquilidad, risa mucha risa. Ese “feeling” de que todo el mundo está colaborando y ayudando. Cansada de las malas noticias en todas partes, pero también con un sentido de comunidad”.
Podemos toparnos con sentimientos encontrados y es esta consciencia emocional la que también nos va a permitir florecer y transformar en medio de la crisis. Aquí compartimos con ustedes algunos tips y actividades que se pueden realizar en casa para cultivar la salud mental y emocional, disminuir la ansiedad, el temor y nutrir las emociones positivas.
Haz un drenaje cerebral. Escribir es un ejercicio terapéutico y en tiempos difíciles es muy importante tener momentos de reflexión e introspección. Es vital reconocer y aceptar nuestras emociones, darles un nombre e incluso identificar los efectos físicos que ellas generan en nosotros. Podemos drenar nuestro cerebro escribiendo todo aquello que sentimos, tememos, pensamos y experimentamos. Esto nos ayuda a distanciarnos de la emoción, otorgándole una dimensión real y al plasmarla en el papel podemos también contemplarla desde una perspectiva diferente.
Practica gratitud. Muchas veces el panorama se presenta todo menos alentador: las noticias, las redes sociales e incluso las conversaciones pueden girar en torno a un mismo tema y esto se vuelve agobiante y agotador. Es en esas situaciones difíciles y especialmente en los días cuando nos sentimos más ansiosos o pesimistas que el agradecimiento es el antídoto más poderoso para ayudarnos recalibrar la perspectiva y llevar nuestra mirada y atención a otros lugares. Es tan sencillo como cerrar los ojos y reconocer aquellas bendiciones presentes en tu vida, pensar en las personas que amas y te aman, inhalar profundo y sentir esa nueva respiración como una nueva oportunidad. También es un ejercicio que podemos hacer de una manera reflexiva escribiendo en una libreta de 5 a 10 cosas por las cuales nos sentimos agradecidos y por qué. Es importante tener en cuenta que cuando cultivamos emociones positivas lo primordial es que nos permitamos sentirlas, no solo pensar en ellas.
Conéctate con tus seres queridos. Sabemos que estamos en aislamiento y que el aislamiento es el acto de amor más grande que podemos tener tanto con nosotros mismos como con quienes nos rodean; pero aislamiento físico no es sinónimo de aislamiento emocional. Es vital que podamos tener momentos de calidad con aquellas personas que nos quieren y que queremos. Si vivimos en casa con familiares o amigos podemos separar momentos del día para compartir alguna de las comidas, sin distracciones con ellos, o podemos tener una conversación profunda y real antes de acabar el día. Es también el momento para retomar actividades y juegos en familia, para mirarnos más a los ojos y escucharnos de una manera más profunda.
Tenemos también a nuestro favor todos los avances tecnológicos, así si estamos haciendo aislamiento solos en casa, o si extrañamos a nuestros amigos o familiares tenemos la oportunidad de llamarlos, escucharlos y verlos por medio de plataformas como Zoom, WhatsApp, FaceTime o Skype.
Mueve tu cuerpo. En momentos de ansiedad o estrés, el movimiento es clave para distencionar y liberar el cuerpo. Podemos establecer una rutina diaria de ejercicio en casa, encontraremos buenas rutinas en YouTube y también en redes sociales como Instagram. Es importante estirarnos y tener pausas activas a lo largo del día y si queremos algo más divertido, la música y el baile son sin duda las actividades que pueden revitalizarnos y ayudarnos a calmar ciertas emociones abriendo el camino a la diversión, la risa y la libertad.
Meditación y oración. Como hemos mencionado antes, necesitamos momentos de introspección y recogimiento, debemos aprender a buscar el silencio como fuente de sabiduría y crecimiento. La meditación y oración son bálsamos potentes para tiempos de incertidumbre que nos pueden ayudar a desarrollar nuevas actitudes y emociones como el optimismo, la tranquilidad y aceptación. Es un tiempo que nos invita a cultivar nuestro mundo interior y a desarrollar las habilidades que ya tenemos dentro de nosotros para florecer, sanar y transformar. Hay varias aplicaciones como Calm, Head Space, Meditopia o Gaia que nos enseñan a meditar.
Respira. La respiración es vida, es lo primero que hacemos al nacer y también lo último que hacemos al morir. Dentro de la práctica de yoga, tenemos un componente esencial conocido como Pranayama, que es la regulación consciente de la respiración a través de diversos ejercicios y técnicas. Cuando aprendemos a regular nuestra respiración, podemos regular y transitar nuestras emociones de una manera más consciente y saludable: 10 respiraciones profundas, es decir, llevando todo el aire en la inhalación al abdomen y expandiendo el diagrafma son ideales para ayudar a encontrar el balance y la calma en medio de la tormenta.
Un Detox digital. Podemos empezar a distanciarnos de la inmediatez de las redes sociales y las noticias, no quiere decir que vamos a estar desinformados, pero si que vamos a escoger y curar la información que vamos a incorporar día a día. Redes sociales como Instagram nos permite poner un límite al uso de la aplicación, varios celulares también tienen la opción de limitar el uso de ciertas aplicaciones, podemos silenciar grupos de WhatsApp, cancelar las notificaciones e incluso separarnos del celular, computador y televisor durante un par de horas al día. Esto constituye un respiro necesario para nuestra mente y emociones.
Colorea. Tener un libro de colorear o imprimir mandalas por internet es también un ejercicio terapéutico que nos permite tranquilizarnos, promover la creatividad y la consciencia. Una manera de darnos una pausa a lo largo del día puede ser por medio del dibujo, color o alguna manualidad que nos ayude a llevar nuestra mente y atención a otros lugares, además, es una actividad ideal para practicar con niños pequeños y adolescentes.
Por último, es necesario cambiar la perspectiva y generar una nueva visión sobre la situación, re-enmarcarla y verla desde diferentes puntos de vista. Estamos experimentando, a nivel global, un alto obligado. Tenemos la oportunidad de sacar lo mejor de nosotros y de esta experiencia, de aprender algo nuevo o generar cambios y trasformaciones necesarias. Una pregunta que me ha sido muy útil es ¿Qué he aprendido de toda esta situación? Reflexionar sobre dichas cuestiones nos permite expandir nuestra perspectiva y contemplar la situación de una manera más optimista y centrada, pero sin ignorarla o quitarle la gravedad al asunto.
En una coyuntura como la que estamos experimentando es importante reconocer que tenemos las herramientas dentro de nosotros mismos para cultivarnos, nutrirnos y fortalecernos.
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