El corazón se me acelera cuando veo caer el atardecer en la majestuosidad del gran Magdalena, cuando escucho los tambores al son de una cumbia y cuando veo la sonrisa que se marca en los rostros de la gente cálida y acogedora de esta tierra.
Esta tierra que es mi hogar también es cuna de grandes riquezas, en especial de una gran familia, resultado del esfuerzo, la dedicación y el compromiso de cada uno de sus miembros, luego de superar los obstáculos y convertirlos en oportunidades de crecimiento.
Compartir la felicidad de vivir aquí y de encontrar el espíritu que nos une, hace de Barrancabermeja nuestra casa común y la mejor excusa para ponernos de acuerdo para trabajar juntos por ella.
Hoy, más que nunca, nuestro hogar requiere de una familia que no divida sus fuerzas para sacarla adelante, se abrace en el propósito de verla prosperar y luche incansablemente para hacerla crecer.
Las primeras líneas de la felicidad deberán ser escritas por todos aquellos que vivimos y nos sentimos parte de esta casa común; Barrancabermeja nos necesita a todos para seguir soñando con el hogar que nos merecemos, esperanzados en que se puede construir un mañana mejor para nuestros hijos y nietos cuando nos abrazamos como hermanos y nos reconciliamos como la gran familia que somos.
No son tiempos fáciles para Barrancabermeja, pero en medio de esas situaciones debemos demostrar el coraje y la valentía que nos caracteriza, propias de nuestros antepasados y del amor que sentimos por esta tierra que nos ha dado todo y vio nacer.
¡ Hijos de una misma tierra, habitantes de una casa común!
Pd. Agradecimientos aporte fotográfico EMPIRICOS
Yimmy Picón Páez
Magister en Gobierno y Políticas Públicas
Profesional Gobierno y Relaciones Internacionales
Universidad Externado de Colombia