Un asteroide de 40 metros de diámetro llamado 2006 QV89 podría chocar contra la Tierra el próximo mes de septiembre, con una probabilidad estimada en estos momentos en 1 entre 11.428.
Pero no se preocupe demasiado. Al menos por el momento. Porque esta roca a la que los medios han prestado atención en los últimos días se encuentra todavía tan lejos de nosotros que considerarla una amenaza es practicar la quiromancia.
Hasta julio, cuando se acerque lo suficiente para saber cuál será su trayectoria final, resulta una incógnita espacial a 44.000 kilómetros por hora.
“La incertidumbre es demasiado grande para poder evaluar el riesgo de impacto”, explicó José María Madiedo, profesor de la Universidad de Huelva y miembro de la Red Española de Investigación sobre Bólidos y Meteoros.
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Según informa la web del Laboratorio de Propulsión a Reacción (JPL) de la NASA, el asteroide 2006 QV89 vuela ahora a 1,46 UA (unidades astronómicas), unos 219 millones de kilómetros de la Tierra. Su ubicación actual está muy próxima a la órbita de Marte, pero en el lado opuesto a donde se encuentra el planeta.