El ‘Profe’ César, como lo suelen llamar aquí al interior de Alianza Petrolera, está anclado de pie en la mitad de la polvorienta cancha de color rojizo del barrio El Cincuentenario, de Barrancabermeja. Él, nacido en las entrañas del aguerrido barrio Antonio Nariño, de Cali, hace 42 años, está inmóvil con su típica postura de brazos cruzados a la altura del pecho y su pierna derecha hacia adentro.
Allí, protegido por una gorra color negro puesta en su cabeza, César Fernando Torres soporta la perenne ráfaga solar de 38 grados Celsius del tradicional y bravo sol de este puerto sobre el río Magdalena, a donde llegó el lunes 8 de octubre pasado para dirigir las riendas del equipo aurinegro.
Observa una de las jornadas de convocatorias que el club Alianza Petrolera despliega por estos días para la conformación de sus categorías Sub-15, Sub-17 y Sub-20, con miras a jugar los torneos nacionales organizados por la Federación Colombiana de Fútbol (FCF) y la División Aficionada del Fútbol Colombiano. Torres es conocedor del trabajo en las divisiones menores y valora mucho lo que se hace en estas categorías.
Es un hombre trabajador, estudioso, educado, rígido, disciplinado, de mirada de águila, tranquilo en su andar, pausado en su hablar, y, a la vez, explosivo en sus emociones motivacionales, que hacen recordar esos épicos partidos de fútbol de barriada en los que los jugadores entregan el alma, se mueven a la velocidad de la luz y con la fuerza de una tractomula y salen ensopados de sudor e impregnados de barro, como si hubieran ido a la guerra y vuelto en 90 minutos. Ese fútbol puro, de corazón, el verdadero.
Mientras busca la sombra para dialogar unos minutos, Torres, alimentado con sancocho de gallina, chontaduro, manjar blanco, arroz atollado y cholado, conversa con alguien a quien le dice: “aquí lo que necesitamos es gente de gol, dinámica, fuerza, velocidad, amor, pasión, que también marque, que suba y baje y no se canse nunca, comprometida. Necesitamos empujar esta máquina todos, oís”.
El equipo profesional retornó a entrenamientos luego de una semana de receso de la Liga Águila II, en la que él dirigió 6 partidos y el equipo culminó en la casilla 16 de la tabla con 19 puntos. Sí, todos debemos empujar esta máquina.
Luego de finalizar el torneo por eliminación y de un receso de cerca una semana, ¿Qué trabajos realiza por estos días?
Básicamente son trabajos de postemporada que nos ayudan paulatinamente a no perder la forma deportiva, a descargar el equipo del aspecto físico, técnico, táctico y mental; para dejarlos preparados para un período de vacaciones normal que tiene un ser humano o un deportista después de una larga temporada. Y, mucho más, en este equipo que tiene unos antecedentes de hace un año por esta época estaba haciendo un trabajo de pretemporada, y los jugadores están sobresaturados, sobrecargados. Entonces, estamos ayudando a bajar un poco las cargas.
¿Podría dibujar en qué consiste ese trabajo?
Consiste en desplegar volúmenes cortos, es decir, hablamos de tiempo y de intensidades bajas. No hay exigencia física ni mental ni táctica. Son trabajos eminentemente técnicos, pero también se trabaja la idea de juego o modelo que nosotros como dirección técnica tenemos. Pero lo importante es eso: volúmenes cortos e intensidades bajas.
¿Y también se trabaja la parte preventiva de lesiones?
Exacto. Después o paralelo a ese trabajo, lo que se mantiene es la parte preventiva de lesiones o de fortalecimiento muscular, para mantener el tono muscular de cada uno de esos deportistas. Esos son los dos principales enfoques que tienen este tipo de trabajos que hemos desplegado desde esta semana tras el último juego ante Once Caldas.
¿Hasta cuándo van estos trabajos, cuándo salen a vacaciones y qué proyecciones tiene en cuánto al reinicio en el 2019?
Estamos a la espera de la confirmación de la fecha exacta de salida por parte de nuestro Presidente, pero será entre el 10 y el 12 de diciembre. Después viene un lapso de vacaciones que va hasta el 4 de enero; ese día se reintegra todo el plantel profesional. Lo primero que se hace son las evaluaciones médicas. En ese orden de ideas, los días 4, 5 y 6 se realizarán los registros médicos de ingreso, digámoslo así. Y, luego, los trabajos de preparación para afrontar la temporada 2019.
¿Cómo han planeado ese equipo Alianza Petrolera 2019, o ese modelo de juego, que usted ha recalcado que es dinámico, vertical, de compromiso, de ánimo para marcar gol y hacerse fuerte en defensa?
Sí, es muy cierto. Vamos a tener una base de equipo, la cual consideramos que es buena. Vamos a hacer algunas incorporaciones, pero aún no tenemos nombres definitivos y que toca esperar. Pero el sentir nuestro es que sea un equipo con gran espíritu de amateur, con un equipo de mucha dinámica, de mucho juego colectivo, con deseos y ganas y ambiciones de gloria, de salir adelante.
Para lograrlo necesitamos dejar esos jugadores que interpreten ese modelo de juego que queremos y acercar jugadores que quieran eso también. Entonces, esa va a ser la esencia de este equipo, un equipo de alta dosis competitiva, de compromiso, de alto corazón y de sentido de pertenencia por la institución.
Aunque aún no hay nombres definitivos, ¿podría darle una visión a la hinchada y a los seguidores del equipo, acerca de los refuerzos?
La idea es reforzar al equipo en todas sus líneas. Hemos logrado tener espacios significativos para reunirnos con los directivos y con nuestro Presidente y han sido conscientes de que el equipo requiere renovación en algunas posiciones. No queremos hablar de nombres ni de equipos porque en temas de negociaciones eso puede llegar a influir o alterar un poco. Pero nos estamos ocupando al detalle de traer buenos jugadores, de tener buenos refuerzos, jugadores que vengan y nos den ese plus que estamos buscando, y para eso nos vamos a tomar el tiempo que sea el necesario.
¿Cómo han sido esas jornadas de retroalimentación con las directivas del club para darle renovación al equipo? ¿Podría darnos una visión para que los seguidores del aurinegro vean el trabajo profesional que acá se realiza para el refuerzo del equipo?
Claro que sí, porque acá desarrollamos un trabajo planeado, de equipo, profesional. Justo hace ocho días hicimos entrega de informes, de una evaluación y de un diagnóstico exhaustivo del plantel profesional y de todo lo que tiene que ver con la institución.
Esta es una institución muy organizada, mucho más de lo que pensaba, y en ese orden de ideas estamos tratando de puntualizar aspectos por mejorar; pero es un club que tiene las herramientas necesarias para desarrollar un mejor trabajo, y nosotros como equipo de dirección técnica tenemos esa responsabilidad. Por eso, al detalle hemos analizado todas las partes, la deportiva, la médica, la psicológica, la parte de utilería, toda la infraestructura, toda la logística y quiero decirles que es una evaluación muy positiva. Ya los jugadores saben el diagnóstico de ellos.
Otro tema importante es el acompañamiento que ustedes hacen con todo el proyecto de estructuración que Alianza Petrolera despliega para fortalecerse como institución deportiva: las convocatorias para la conformación de las divisiones menores, y la Academia. ¿De qué trata ese trabajo que ustedes realizan?
A nosotros nos contrató Alianza Petrolera para realizar un trabajo específico que es el plantel profesional. Pero como nuestro sentir y nuestra pasión es el fútbol, no podemos dejar a un lado nuestros conocimientos para acompañar los esfuerzos que aquí se realizan para que la institución se fortalezca; por ejemplo, la Academia, que ha tenido muy buena aceptación, con muchos padres de familias interesados y muchos niños entusiasmados por hacer parte del equipo; ellos son desde ya los nuevos hinchas de Alianza Petrolera y nuestros próximos jugadores. Eso motiva e ilusiona.
Alianza Petrolera, con sus divisiones menores y la Academia, da pasos sólidos en una estructura deportiva que después dará sus frutos y que con el correr de los años sustente el plantel profesional.
¿Cómo lo ha tratado la ciudad? ¿Cómo lo ha acogido la comunidad porteña, que caracteriza por ser muy amable, como en su tierra?
Barrancabermeja ya había sido destino mío para dos acontecimientos muy importantes de mi vida. Aquí debuté como director técnico, con el Cortuluá, en segunda división; vine encargado del equipo, pues en ese entonces el DT era el profesor Alberto Suárez. Después vine con Centauros de Villavicencio. Y ahora, mi primer partido como director técnico profesional de primera división, lo dirigí acá, como director técnico de Alianza Petrolera.
Es una bonita casualidad de la vida. La gente me ha tratado de una manera extraordinaria. Hemos tenido una buena aceptación y la oportunidad de compartir con muchas personas del rol futbolístico y de otros campos. Y en la parte de gourmet o culinaria, sí, ya tuve la oportunidad de ir al muelle, conocer el río y degustar el plato típico de acá, el bocachico frito.
¿Cómo ha visto la calidad futbolística de los semilleros y de las categorías menores?
El diagnóstico mío es que hay buen talento. Todo este equipo de trabajo, con el profe Diego Estrada, Leonardo Torres, Dayron Montesinos, Diego Rodríguez, el ‘Chato’ Guzmán y todos los demás hemos ido decantando esos talentos que han venido a las convocatorias con gran acogida. Precisamente ha sido tema de nosotros el resaltar esa acogida, ese talento y eso es motivo de orgullo.
Hemos, entre todos, tratando de dejar lo mejor para nuestra institución. Poder conformar grandes equipos para 2019. La ilusión es que al igual que el plantel profesional, sus divisiones menores se destaquen a nivel nacional y sean competitivos.