Las conexiones ilegales de energía, también conocidas como o “colgados”, se refieren a situaciones en las cuales las personas acceden a la electricidad de manera no autorizada y sin pagar por el servicio. En la mayoría de los casos, el costo de las conexiones ilegales lo asumen los consumidores legales, las compañías eléctricas y, en última instancia, la sociedad en general.
Estas conexiones ilegales conllevan a situaciones como pérdidas para las compañías eléctricas, aumento de tarifas, impacto en la infraestructura y riesgos de seguridad.
En muchos lugares, las compañías eléctricas trabajan en colaboración con las autoridades para identificar y desconectar las conexiones ilegales. Además, se implementan medidas para concientizar a la comunidad sobre los riesgos asociados con estas prácticas y promover el uso legal y seguro de la electricidad.
Las conexiones ilegales de energía pueden tener impactos financieros, operativos y de seguridad, y a menudo es la sociedad en general la que asume los costos derivados de estas prácticas.