Aunque las competencias olímpicas se han desarrollado en total plenitud deportiva, Rio 2016 ha dado espacio para que todos sus seguidores también centren sus miradas en los escándalos que han manchado el nombre que constituyen las justas. Unos, más que otros, han llegado a resonar en medios internacionales, mezclándose sexo, política, religión, matrimonios del mismo género, dopaje, entre otros.
Clavadista Ingrid de Oliveira y remero Pedro GonÇalves
La escena que mayor propagación ha logrado tener, superando lo deportivo, es el encuentro sexual entre la clavadista Ingrid de Oliveira y el remero Pedro Gonçalves, cuando se dio a conocer, por parte de Giovanna Pedrosa, dupla de la clavadista, que ésta habría transgredido el protocolo deportivo al introducir en su habitación al también deportista para el encuentro amoroso.
En la edición pasada de los Juegos, hubo más de 150 millones de comentarios dedicados a ellos en Twitter. (siguenos @digamemm)
Ambas mujeres, que al siguiente día representaban a la delegación carioca en Salto de Trampolín, terminaron en el último puesto de la competencia, razón que motivo a Pedrosa para acusar a su compañera Oliveira frente al Comité, siendo apartada definitivamente de la delegación.
Si bien estos Juegos Olímpicos han sido declarados como los juegos de la homosexualidad (en Pekín 12 deportistas declararon su orientación sexual, 22 en Londres 2012 y 45 lo han hecho en Rio 2016), los escenarios también han servido para que deportistas del mismo sexo se declaren amor eterno hasta el punto del matrimonio.
Propuesta de matrimonio en los JJOO
Un ejemplo es la propuesta de matrimonio que le hizo Marjorie Enya a Isadora Cerullo, deportista de Rugby brasileño-estadounidense. La proposición se realizó al término del encuentro, cuando Enya, voluntaria en los Juegos, le dijo a su pareja que se unieran en matrimonio, a lo que Cerullo respondió con un emotivo beso, siendo registrado por todos en el estadio y obviamente por las cámaras de cadenas nacionales e internacionales.
Así como estas dos mujeres declararon abiertamente su amor, lo han hecho también parejas de hombres. Es el caso de Tom Daley, quien tras conseguir una medalla de bronce para Reino Unido en salto sincronizado, dejó abierta la puerta con relación a sus gustos de género. El deportistas, recordado por haber debutado en las olimpiadas con 14 años, aclaró que se retirará de la alta competencia para buscar tener un hijo con su pareja, el guionista Dustin Lance Black, ganador del Óscar el 2009.
Los Juegos Olímpicos de México 1968 fueron los primeros que se transmitieron por televisión vía satélite, en directo a todo el mundo.
De la misma manera, la política y la religión también han asumido importantes roles en Rio 2016, recordamos el caso del judoca egipcio El Shehaby, quien al ser derrotado por el también judoca israelí Or Sasson, se negó a saludarlo como acto final del encuentro. Según la prensa especializada, El Shehaby ni quiso dar la mano a su rival porque estaría traicionando la religión que profesa, el Islam.
Ambos competidores estaban de pie frente al réferi y, una vez el deportista de Israel se acerca al de Egipto, éste último se niega a saludarlo ante el propósito del primero, quien al conocer la postura de su contrincante, se aleja y se despide del escenario. Se estableció que el Comité Olímpico Egipcio envió de vuelta a su deportista como consecuencia de su acción, así mismo el organismo africano comunicó, oficialmente, las disculpas y respetos a todos los deportistas y naciones partícipes de los Juegos.
Finalmente una de las eventualidades que más ha causado furor e indignación entre participantes y espectadores, es el cambio de color repentino de la piscina en la que se lleva a cabo la competencia de saltos, en la que se nota claramente su color verdoso y es comparada con la de Waterpolo, que claramente se ve azul.
Según la organización de los JJ.OO los parámetros confirman que no hay ninguna anomalía en las medidas de seguridad de la piscina y que, es seguro seguir compitiendo en ella. Por su parte varias delegaciones han mostrado su preocupación, al punto de sugerirle a sus clavadistas que no abran la boca ni los ojos debajo del agua.
