Guatemala despertó el lunes 4 de junio en medio del dolor por la muerte de decenas de personas tras la violenta erupción del Volcán de Fuego, uno de los más activos de Centroamérica, que ha dejado al menos 62 muertos, 46 heridos y 1,7 millones de damnificados.
Según los expertos, la explosión registrada poco antes del mediodía del domingo e de junio fue la más violenta en 40 años. La erupción, que tomó por sorpresa a los residentes en la zona, levantó una enorme columna de humo y ceniza que cubrió varias poblaciones.
El presidente Jimmi Morales en sus primeras declaraciones decretó el estado de calamidad y señaló que “la fuerza impredecible de la naturaleza se ha hecho sentir una vez más y aún es muy pronto para saber a ciencia cierta la totalidad de los daños”.
Les pidió a los ciudadanos “su colaboración con las autoridades”, además de permanecer atentos a la información oficial, no hacer eco de lo que circula en redes sociales y tomar las medidas necesarias para protegerse.
“El territorio nacional se encuentra en alerta anaranjada y los departamentos de Chimaltenango, Escuintla y Sacatepéquez, donde se encuentra el volcán, se encuentran en alerta roja”, agregó el primer mandatario.
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, ofreció este lunes ayuda a su homólogo de Guatemala, Jimmy Morales, para enfrentar la tragedia que vive ese país.
“Toda nuestra solidaridad con las víctimas que deja la erupción del Volcán de Fuego en Guatemala”, manifestó Santos en su cuenta de Twitter.
