En una bolsa sellada al vació, con unas dimensiones de 3 x 5 centímetros está una pequeña tortuga, que busca desesperada el espacio necesario para moverse y salir del empaque, sin embargo es imposible, puesto que está contenida en una envoltura hermética y convertida en llavero, por comerciantes, que la venden por poco más de un dólar.
Lo más llamativo de esto es que no se vende en lugares clandestinos, y por el contrario se pueden encontrar en las principales avenidas comerciales de las ciudades capitales más importantes de Asia, como es el caso del centro de Pekín, en donde a través de un video grabado por un turista, se ve como una mujer expone ‘llaveros’ de este tipo, en todas las denominaciones y colores, conteniendo no sólo tortugas sino también salamandras y peces, algunos de los cuales son considerados en la región como animales exóticos.
Finalmente, surgen los cuestionamientos éticos referentes a la compasión con las especies, y el estar condenados a estar casi inmóviles, cuando son animales que por su naturaleza están diseñados para vivir en determinado tipo de hábitats y moverse libremente sobre el.