Hay historias de superación que se conocen en todo el mundo y son repetidas por los medios de comunicación, como la de Tony Meléndez, guitarrista centroamericano que en su visita a Estados Unidos le interpretó una canción al hoy San Juan Pablo II; o la de Nick Vujicick, conferencista australiano que ha dejado asombrados a millones de personas alrededor del mundo por su capacidad de superación, entre muchos otros hombres, mujeres y niños.
Sin embargo, existen personajes de nuestra cotidianidad, tan cercanos, que también nos demuestran que no conocen de limitaciones y son capaces de dejar el alma en cada oficio o cosa que se proponen sacar adelante.
Es el caso de John Jairo Santos Villareal, nacido en Barrancabermeja hace 37 años, y quien a sus dos años de vida adquirió la poliomielitis, que le afectó los sistemas nervioso y muscular de sus piernas y pies, obligándolo a ser usuario permanente de sillas de ruedas desde muy corta edad.
“La Poliomielitis es una discapacidad que ataca especialmente a niños y niñas menores de 5 años, y es causada por un virus que invade el sistema nervioso y puede causar parálisis en cuestión de horas”, explica el Ministerio de Protección Social.
Agrega que el virus se transmite de persona a persona, principalmente por vía fecal-oral o con menor frecuencia a través de un vehículo común, como el agua o los alimentos contaminados, y se multiplica en el intestino.
Entre los síntomas iniciales más conocidos están “la fiebre, el cansancio, cefalea, vómitos, rigidez del cuello y dolores en los miembros”.
Gobiernos de todo el mundo y otros donantes prometieron en junio pasado US$1.200 millones de dólares para ayudar a completar una lucha que ya lleva 30 años contra esta enfermedad.
La Organización Mundial de la Salud señala que en su peor momento la epidemia de polio causó 350.000 parálisis infantiles al año. Pero en 2016 solo se informó de 37 casos y, en lo que va de este año el número se mantiene en seis.
Jhon sería uno de los ciudadanos que quizá encarnaría esas estadísticas que alarman a gobernantes y autoridades de la salud, pero precisamente, como él mismo expresa: “la polio no ha sido impedimento para luchar en la vida. Por el contrario, ha sido uno de los motivos para lograr lo que uno se proponga”.
Tatuador profesional, caricaturista, empresario y publicista, alterna sus habilidades y oficios con la pasión que le corre por sus venas: el deporte, especialmente el baloncesto en silla de ruedas.
Desde 2002 practica esa disciplina deportiva, que comenzó como un pasatiempo terapéutico junto a otros usuarios de sillas de ruedas, en el coliseo de La Juventud de la ‘Capital Petrolera de Colombia’.
Esa práctica y disciplina lo ha llevado a recorrer no sólo principales ciudades del país, sino también países como Venezuela y Ecuador, en competiciones de alto rendimiento en esta disciplina deportiva.
Ese grupo de deportistas empíricos, con Jhon Jairo a la cabeza como fundador del equipo, se fue formando como profesionales en esta disciplina deportiva en el Instituto para el Deporte y la Recreación de Barrancabermeja, Inderba.
En este escenario, a mediados de 2004 le dieron vida al primer equipo profesional de baloncesto sentado del municipio, al que bautizaron con el nombre de Orión, en honor a la constelación de estrellas más brillantes y visibles del Universo.
Ese nombre, cuyo significado traduce “Cazador”, se le otorgó tal vez como premonición a la vasta cacería de premios, títulos y reconocimientos que los alumbra desde ese momento.
Reconocimientos
Christian Juliao Camacho, exdirector de Inderba, recuerda con agrado los inicios y logros que han alcanzado los integrantes de ‘Orión’ en el transcurrir de estos 15 años de vida deportiva, y enaltece el liderazgo de Jhon Jairo.
“Es magnífico como han llevado en alto el nombre de Barrancabermeja a varias ciudades del país y del mundo. Son dignos representantes de esta ciudad, que los ha visto crecer en este grandioso deporte y aún siguen trayéndonos alegrías con esos títulos. Además, con el gran liderazgo de Jhon Jairo, al usar con sus compañeros los diferentes escenarios deportivos de la ciudad como parte de su preparación profesional”, expresa Juliao Camacho.
Cuando Jhon Jairo ingresa al coliseo municipal en un día normal de entrenamiento, con el sol a toda máquina, característico de esta ciudad, todos se alegran porque saben que llegó el líder carismático.
Ese mismo líder que todos sus compañeros quieren saludar y abrazar, y a quien respetan. Y es que todos son retribuidos por Jhon Jairo con una palabra de motivación, un saludo fraterno, una persona que les sabe escuchar y les aprecia.
Johan Sebastián Benavides Pérez, uno de los integrantes juveniles del Club Orión y amigo de Jhon Jairo, cuenta que lo conoció cuando entrenaba en el Coliseo. “Se estaba preparando para encarar una competición en la capital del país”.
“Para mí es uno de los mejores jugadores que se han visto en el baloncesto en silla de ruedas de Colombia, destaca bastante, es un gran consejero, guía y dirige de la mejor manera al equipo en el terreno de juego, por eso es ‘El Capi’ del equipo”, manifiesta el deportista más joven del grupo.
Benavides Pérez agrega que la amistad y el liderazgo que refleja John Jairo están presentes dentro y fuera de la cancha, y lo reconoce como luchador incansable por su pasión al deporte.
Cinco años de permanentes participaciones en torneos tuvieron que pasar desde su conformación, hasta que en 2009, en compañía de sus coequiperos, fue campeón y el mayor anotador de cestas en el Campeonato Municipal de Baloncesto para población con discapacidad, celebrado en Barrancabermeja.
Luego logró el cupo para el departamental de esta disciplina en la capital santandereana.
En adelante comenzaría la racha de triunfos y éxitos que han cosechado estos campeones de la vida, que han podido acceder a torneos invitacionales de baloncesto sentado, como los celebrados en Ecuador y Venezuela.
Este último país fue testigo de una de sus más grandes hazañas en la vida deportiva de Jhon Jairo como capitán de ‘Orión’, al lograr el campeonato Bolivariano de este deporte en 2012.
Para 2015, en el Nacional de Baloncesto Sentado, también en Barrancabermeja, ‘Orión’ se llevó el título al vencer a equipos de alto nivel como los de Bogotá, Medellín o Cali, que eran favoritos a llevarse la medalla de oro en cada una de esas justas.
También es un empresario ejemplar
En su vida como empresario es un consumado hombre de las artes gráficas. Tiene un negocio de tatuajes, serigrafía y artesanías que le dan el sustento diario a él y a Sandra Patricia Palacio, su compañera de vida.
Ella le acompaña a sus prácticas deportivas, y mientras lo observa ejercitar su deporte favorito, expresa con voz dulce y amorosa: “Jhon se ha convertido en una gran parte de mi vida. Quiero que lleguemos unidos hasta viejitos”.
“La relación con él me costó mucho, por defender sus cualidades ante mis familiares. No querían que fuera mi pareja. Hoy en día lo quieren más que a mí”, dice Sandra Patricia mientras deja que sus labios dibujen una risa nerviosa.
Sandra Patricia lleva junto a Jhon Jairo cinco (5) años como pareja permanente, y desea con fervor ser su esposa lo más rápido posible.
Afirma que a Jhon Jairo Santos lo absorbe mucho tiempo esa pasión deportiva que le corre por su sangre, y que no le ha dado tiempo de “masticar” la propuesta que ella misma le hizo hace meses atrás.
Como apasionado del deporte se programó con total disciplina para no interrumpir sus labores empresariales, y trabajó en las convocatorias de sus compañeros de equipo para asistir muy sagradamente a torneos nacionales como el Nacional ‘Torneo de Verano’, en agosto de 2017, en la capital del país, donde ocuparon el honroso cuarto puesto entre 16 equipos de toda Colombia.
En El Danubio, barrio donde se crío y reside, a Jhon Jairo lo reconocen con mucho cariño como ‘JJ, El Tatuador’, pues ese es el talento que según dice Henry Almanza, amigo de la cuadra, y también persona con discapacidad, “es lo que le da la plata para tener su ‘bólido’ como una uvita”, refiriéndose así a la silla de ruedas que usa su entrañable amigo.
Cuando se escucha hablar así a sus amigos y compañeros de todas las luchas, es posible quedar con la impresión de que a este campeón de la vida y del deporte no le ha quedado grande ningún reto en su existencia.
Pero además refleja que sus logros han sido el motor necesario para demostrar una capacidad sin límites. Su propia vida es ya una inspiradora historia que seguro lo llevará a seguir encestando sueños.
Escrito por:
Claudio Vergara. Comunicador social de profesión, emprendedor social por convicción. Salsero por adopción e hijo natural de Barrancabermeja. Líder de la población con discapacidad.