Todo comenzó con un artículo publicado el viernes pasado en el periódico británico The Times, que afirmaba que los anuncios de las grandes marcas (Adidas, Amazon o Mars en particular) aparecían en YouTube junto a videos de niños o adolescentes, la mayoría de las veces publicados inocentemente pero que provocaron comentarios pedófilos por parte de los usuarios.
Según otros medios, varios anunciantes han decidido dejar de poner anuncios en YouTube por este motivo. El grupo informático estadounidense HP confirmó que “han pedido de inmediato a Google que suspenda cualquier publicidad en YouTube”.
YouTube dijo que eliminó “varios cientos de cuentas y más de 150.000 videos” que tenían problemas.
“Tenemos políticas claras contra los videos y los comentarios en YouTube que sexualizan o explotan a los niños y los aplicamos de manera drástica cada vez que somos alertados sobre ese contenido”, dijo un portavoz de YouTube.
YouTube sostiene haber “reforzado recientemente (su) enfoque sobre los videos y los comentarios relacionados con niños que, aunque no serían ilegales, siguen siendo preocupantes”.
Google se comprometió entonces a garantizar que las publicidades de sus anunciantes no figuraran cerca de contenidos polémicos.