En Colombia muchas personas buscan entretenimiento y eso lo tiene muy claro la televisión, pues sus contenidos están teñidos de él.
Los realities se han constituido en su caballito de batalla, opción acertada para cumplir con las necesidades de los ciudadanos, pero ¿bajo qué criterios?
La calidad de este tipo de programas, exitosos en sus inicios, se ha ido desgastando, pues ya rayan más en las pasiones que en el talento o el nivel competitivo, principal fin.
En muchos de estos, la escasez de talento es evidente, pero contrario a lo que se esperaría, muchas personas son amantes de este tipo de contenido, evidenciado en cifras, y por otra parte hay quienes expresan su inconformismo y repudio.
El trasfondo de la situación es muy sencillo, estos formatos se hicieron para jugar con las emociones de las personas y mostrar la convivencia entre las diferentes facetas y personalidades del ser humano, por ello las peleas, discusiones, momentos de angustia y por supuesto escenas de amor y pasión.
A pesar de todo y de la ausencia de contenido “de calidad”, los realities siempre son una opción para aquellas personas que no son exigentes y solo quieren divertirse un rato, así sea en ocasiones, con el dolor ajeno.
Finalmente los realities siempre serán una opción, así que si a usted le gustan perfecto y si no, también, de igual manera nadie está obligado a verlos.