Un viernes con el sol radiante típico de Barrancabermeja el “Loco Chacón” salió del banco para dirigirse a un puesto de periódicos y revistas que estaba ubicado al frente de lo que conocemos como la plazoleta de Telecom. Mientras él saludaba a las personas que pasaban y se encontraban en el lugar con su peculiar carisma, una camioneta al servicio de la fuerza pública a eso de las 10:30 AM se acercó y sin mediar palabras dispararon contra el poeta, músico, líder social, sindical, estudiantil y campesino Manuel Gustavo Chacón.
En segundos el rumor “mataron a Chacón” se esparció por todo el municipio, mientras se murmuraba el estado de salud del “Loco” este fue trasladado inmediatamente después del atentado la policlínica de Ecopetrol, donde los médicos intentaron salvarle la vida, pero las 36 balas asesinas del silencio disparadas por los perros rabiosos sin licencia, situaron a Manuel en los umbrales de la muerte y esos últimos minutos de vida pudo sentir lo que siente un mártir cuando en su conjuga vida luchadora penetren en su cuerpo las mordaces y asesinas balas del silencio.
Cuando la noticia de que Manuel Gustavo había muerto se confirmó, la coordinadora popular de Barrancabermeja decreta paro cívico en todo el municipio, como muestra de rechazo al hecho que conmovió a la población Barranqueña. Fueron 4 días de revueltas en las calles y enfrentamientos con la fuerza pública, exigiendo el respeto a la vida y el esclarecimiento de los hechos donde fue asesinado Manuel Gustavo Chacón.
De los actores materiales e intelectuales se sabe que hacían parte de la Red 007 de la Armada Nacional, batallón ubicado dentro de la Refinería de Barrancabermeja, lugar donde afirman algunos testigos luego de cometer el asesinato entro la camioneta donde se dirigían los sicarios. Por este crimen fue condenado el suboficial de la armada Francisco Pérez a 16 años de cárcel. Los demás miembros de la fuerza pública que participaron en el hecho gozan de impunidad.
Al Pasar de los años la memoria del “Loco Chacón” sigue vigente, convirtiéndose en una tradición cada 15 de enero conmemorar su muerte en la plaza de Telecom, donde se recuerdan sus poemas, discursos y anécdotas. De aquel hombre oriundo de Charalá Santander, el cual, con su cabello largo, sombrero y cuerpo musculoso. Llevando como únicas armas su discurso, su flauta y el humanismo que lo caracterizo.
Al pasar 33 años de su muerte, Colombia se sigue llenando de ríos de sangre viva. De hombres, mujeres y niños que exigieron el respeto a lo lindo, a lo bello a la la tierra merecida, aunque por esa razón hermano se mate en la patria mía.
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